Rocío Gordillo y Fernando Pulido son Ajayu Dúo, un par de creadores españoles que han encontrado en la música un lenguaje para dialogar con los primeros años de vida, llenos de sonidos espontáneos y descubrimientos.
Su creación, El Arbolito y la Abubilla, va más allá de un simple cuento musical; es un viaje de transformación y conexión profunda, donde bebés, niñas y niños participan activamente al descubrir su voz, mover el cuerpo y expresar su capacidad natural para el juego.
La última presentación del espectáculo será este domingo 18 de mayo en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández” del Centro Cultural del Bosque (CCB).
“No creamos un contenido que sólo enseñe algo, sino que compartimos algo significativo para nosotros en este momento vital”, explicó Fernando Pulido en entrevista con La Jornada.
La historia surgió de un proceso personal, inspirado en un gran árbol y en la inesperada aparición de una abubilla durante el camino a una residencia artística.
“La abubilla fue la señal que acompañó al Arbolito en su viaje”, añadió Rocío Gordillo, etnomusicóloga y educadora musical.
Durante casi una hora, la voz de la abubilla conduce a bebés y niños por un universo de canciones, juegos y ritmos inspirados en folclores diversos, con la colaboración de Nube Ensamble y el músico mexicano, Alejandro Preisser.
Más allá de la riqueza sonora, el montaje busca que la infancia reconozca sus propios sonidos y movimientos como elementos valiosos y celebrados dentro de la experiencia escénica.
“Nuestro objetivo es que los pequeños entiendan que sus expresiones son fundamentales, que pueden participar con total libertad y que esto fortalece el lazo con quienes los acompañan”, subrayó Gordillo.
Días antes de su presentación, Ajayu Dúo ofreció un taller práctico para docentes y cuidadoras en el Colegio de San Ildefonso, con el propósito de estimular la creatividad en el aula y en el cuidado diario.
“Proponemos la transición musical como una herramienta para acompañar el cambio entre actividades, sin largas explicaciones, sino mediante el juego y el sonido. Esta metodología favorece vínculos respetuosos y seguros, esenciales para el desarrollo integral durante los primeros años de vida”, señaló Pulido.
En un mundo saturado de pantallas y estímulos digitales, el dúo apuesta por la fuerza auténtica de la música en vivo.
“El canto en directo activa cada célula del cuerpo, algo que ningún altavoz o dispositivo puede imitar,” comentó Rocío Gordillo.
“Creemos que el encuentro cara a cara, la experiencia compartida de sonidos y emociones, representa hoy una verdadera revolución.”
Ajayu, cuyo nombre en quechua significa alma o espíritu, refleja la intención esencial del proyecto.
“Buscamos conectar con la esencia y la misión personal de cada uno, alineando el espíritu en un espacio tanto físico como simbólico. La música se vuelve entonces un rito que devuelve el alma al corazón y permite que niños y adultos se vinculen con aquello que aman profundamente”, dijo Fernando Pulido.
“Invitamos a sumergirse en un ambiente donde la música se siente, se experimenta y se comparte desde el primer latido, un gesto de presencia y celebración del mundo infantil.” La última función de El Arbolito y la Abubilla será este domingo 18 de mayo a las 12:30 horas en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández del CCB (Reforma y Campo Marte). La entrada es gratuita.