Las autoridades tailandesas anunciaron que incautaron 238 toneladas de desechos electrónicos importados ilegalmente desde Estados Unidos en el puerto de Bangkok, uno de los lotes más grandes encontrados este año.
Los residuos fueron encontrados el pasado martes en una inspección aleatoria, llegaron en 10 contenedores de gran tamaño y fueron declarados como chatarra metálica mixta, pero resultaron ser placas de circuitos mezcladas en una enorme pila de basura metálica, informó Theeraj Athanavanich, director general del Departamento de Aduanas.
Theeraj aseguró que las autoridades tailandesas trabajan para presentar cargos que incluyen la declaración falsa de bienes importados y la importación ilegal de desechos electrónicos, y que además planean re exportar los residuos de regreso a su país de origen.
«Es importante que tomemos medidas sobre este tipo de bienes», expresó Theeraj. «Hay impactos ambientales que son peligrosos para las personas, especialmente para las comunidades alrededor de las fábricas que podrían importar estas cosas para procesarlas y luego reciclarlas», añadió.
Los desechos electrónicos crean enormes riesgos para la salud. Muchos componentes están cargados de plomo, mercurio, cadmio y otras toxinas. Los recicladores buscan oro, plata, paladio y cobre, principalmente de placas de circuitos impresos, pero los controles laxos significan que las instalaciones a menudo queman plásticos para liberar cobre encapsulado y utilizan métodos inseguros para extraer metales preciosos.
Tailandia prohibió la importación de una serie de productos de residuos electrónicos en 2020. El gabinete en febrero aprobó una lista ampliada con las prohibiciones.
Sunthron Kewsawang, subdirector general del Departamento de Obras Industriales, mencionó que los funcionarios sospechan de al menos dos fábricas en la provincia de Samut Sakhon, que limita con Bangkok, que están involucradas en la importación de los desechos. En enero, el Departamento de Aduanas reportó que incautó 256 toneladas de desechos electrónicos importados ilegalmente desde Japón y Hong Kong en un puerto en el este de Tailandia.