Titulares

Arrecia la Casa Blanca «cacería» de disidentes

Imagen de archivo de un campamento de manifestantes contra la guerra de Israel en Gaza, en el campus de la Universidad Northwestern, a la cual el gobierno de Donald Trump ha amenazado con quitarle 780 millones de dólares de financiamiento.

El gobierno de Donald Trump anunció una nueva serie de medidas para limitar la libertad de expresión en las universidades. Ha buscado clausurar o poner bajo su control centros de estudios académicos que no están alineados, está expulsando a estudiantes extranjeros con base en sus creencias, continúa persiguiendo a ex funcionarios disidentes de su gobierno y abogados que han participado en investigaciones y casos contra el mandatario y sus aliados, y ahora hay indicios de que algunos ciudadanos estadunidenses que reingresan a su país están siendo interrogados con alegatos de supuestas leyes antiterroristas.

Camionetas sin identificación. Listas secretas. Denuncias públicas. Nuestro Estado policiaco ha llegado, escribió M. Gessen en un artículo en The New York Times. Aquellos de nosotros que hemos vivido en países aterrorizados por fuerzas policiacas secretas no podemos librarnos de sentir una familiaridad espantosa.

Han revocado visas a 600 estudiantes extranjeros

Estas medidas represivas se perciben en varios frentes. El gobierno federal ya ha revocado las visas de unos 600 estudiantes universitarios extranjeros, según un conteo del sitio de noticias Inside Higher Education. El secretario de Estado, Marco Rubio, ha reconocido que esa dependencia ha anulado las visas de estos alumnos, a los que calificó de lunáticos por supuestamente haber estado involucrados en actividades que criticaron de alguna manera al gobierno estadunidense. De hecho, la justificación oficial es que su presencia podría dañar los intereses de política exterior del país.

El gobierno reconoció esta semana que el más famoso de estos jóvenes, Mahmoud Khalil, estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia, fue arrestado y se busca su deportación exclusivamente por sus creencias y opiniones, y no por alguna violación a la ley. En un documento presentado ante un tribunal federal que, por ahora, ha impedido su expulsión, Rubio argumentó que, según la ley estadunidense, él puede revocar la visa de Khalil –residente casado con una ciudadana estadunidense– con base en sus creencias en el pasado, actuales o esperadas. Según la agencia Ap, la cual obtuvo el documento oficial, Rubio reconoce que aunque las actividades de Khalil eran legales, desean expulsarlo del país por su participación en protestas contra el apoyo estadunidense a la guerra de Israel en Gaza.

Cada semana hay nuevos reportes de agentes federales que llegan sin aviso, a veces enmascarados y sin identificación, a las residencias de estudiantes que no sabían que sus visas habían sido revocadas.

Asfixia financiera y censura académica El ataque contra instituciones académicas incluye además la anulación de financiamiento federal. El gobierno de Trump anunció ayer que suspendería la entrega de mil millones en fondos federales a la Universidad Cornell y 780 millones a la Universidad Northwestern mientras investigan si no hicieron lo suficiente para frenar protestas estudiantiles contra la complicidad estadunidense en la guerra de Israel en Gaza y por apoyar la causa palestina. Esto es la continuación de acciones y amenazas parecidas contra varias universidades, incluidas Harvard, Brown y Yale. Hace varias semanas, el gobierno logró obligar a Columbia a poner bajo supervisión del gobierno su departamento de estudios sobre Medio Oriente, y forzó a Harvard a que despidiera a académicos expertos en Medio Oriente que critican la política estadunidense.