El gladiador Jesús Aguilar es uno de los tantos mexicanos que pertenecen al elenco de la Ultimate Fighting Championship (UFC) y hoy enfrentará en la categoría de peso Mosca al brasileño Rafael Estevam, quien marcha invicto con un récord de 12-0.
Sin embargo, el peleador nacional viene con la confianza a tope al tener una racha de tres victorias consecutivas, la última ante el australiano Stewart Nicoll a quien derrotó con una guillotina en agosto de 2024.
El “Peligro” como es conocido, abrirá el calendario de los mexicanos este día en UFC en 2025, por lo que espera salir con la mano en alto, pero para estar consolidado hoy en día, Jesús Aguilar pasó por muchas dificultades, como vender marihuana y chocolates en las peligrosas calles de Punta Banda, un barrio de su natal, Ensenada, Baja California.
No obstante, bajo el cobijo de su madre que supo orillarlo por el buen camino, salió de los malos pasos en los que estaba y pese a que ella vivía en Estados Unidos, siempre lo apoyó con equipamiento para desarrollar lo que ahora es su profesión, fue cuando las Artes Marciales Mixtas (AMM o MMA, por sus siglas en inglés) cambiaron su vida.
“La venta de droga, sí se escucha fuerte, pero sí lo fue, era marihuana, me ofrecieron ahí el bisnecillo y pues lo agarré con la ausencia de mi familia, ahí anduve vendiendo, pero duró muy poco eso, duró unas dos semanas y pude solucionarlo con el apoyo de mi mamá, devolví lo que tenía que devolver y me aparté de todo eso, después me apoyó mucho en el MMA, ella llegaba del otro lado y me entregaba ropa para entrenar, las artes marciales me salvaron la vida”, comentó Jesús Aguilar en entrevista con MILENIO-La Afición.
Sus ganas de vivir
Debido a la falta de oportunidades en Baja California, decidió emprender un viaje a Brasil y después a Estados Unidos, aunque parecía que la vida le ponía más obstáculos, como la discriminación por no hablar inglés.
“Me dieron la espalda en los gimnasios de Ensenada y decidí irme a Brasil primero, pero estaban secuestrando mucha gente, había mucha probabilidad de secuestro y decidí irme. Después me fui a Estados Unidos con unos cuantos dólares y ya se me estaban acabando, sufrí de discriminación por no hablar inglés. Yo vivía con 20 dólares o menos a la semana, comprando latas de atún, verduras y comiendo huevitos”, comentó.
Aguilar nunca se dio por vencido y decidió seguir su sueño vendiendo chocolates en la calle, incluso la necesidad lo hizo perfeccionar su inglés que no era tan bueno. La experiencia como comerciante le hizo pasar de todo.
“La verdad fue muy divertido vender chocolates, yo soy un comerciante, ahí desarrollé mi inglés, me quemaba el sol bien cabrón, el sol de Fresno, California, está bien fuerte, es como Mexicali, muy caliente, o muy frío, pasé lluvias, se me derretían los chocolates en la bolsa; estaba en campamento y quería comerme los chocolates y no podía. Pasé momentos muy difíciles, pero eso me hizo crecer, ser la persona que hoy soy, a mí ya nadie me puede contar”, expresó.
Su mamá, su inspiración
Si hay alguien en la vida a la que Jesús Aguilar le debe todo es a su señora madre, misma que lo llegó a extraer de las calles y de momentos oscuros en su vida y que batalló para sacar cuatro hijos adelante ante la ausencia de su progenitor “Mi mamá es la persona que más admiro, ella me ha dado un ejemplo de vida increíble, me ha sacado del valle de las sombras, me ha rescatado de la oscuridad. Ella me ha ayudado muchísimo, ante mi padre que siempre me faltó, pues no tuvo el valor de afrontar sus responsabilidades, pero mi mamá tuvo el doble de valor para salir adelante, con problemas y con lo que fuera, pudo mantener a cuatro hijos”, añadió.