Militantes y organizaciones de derechos humanos exhortaron a las autoridades iraquíes a cesar de inmediato «las ejecuciones secretas» y la «tortura» de presos condenados a muerte en el país.
En los últimos años los tribunales iraquíes ordenaron centenares de ejecuciones por «terrorismo», en instancias que, según grupos de defensa de derechos humanos, carecen de procedimiento oficial o donde se aceptan confesiones que se sospecha fueron obtenidas con tortura.
En una declaración conjunta el jueves, cinco organizaciones de defensa de derechos humanos y dos militantes pidieron al gobierno iraquí «cesar de inmediato las ejecuciones secretas y la tortura» de los presos.
Pidieron que se realicen «investigaciones sobre las ejecuciones ilegales (…) y las muertes sospechosas en prisión», así como que los presos de la cárcel de Nassiriyah (sur) sean tratados «con respecto y dignidad».
En noviembre, Human Rights Watch acusó a las autoridades iraquíes de haber aumentado «la cantidad y el ritmo de las ejecuciones ilegales en 2024», y les pidió «suspender con urgencia todas les ejecuciones programadas y a declarar una moratoria».
HRW afirmó en ese momento que unas 8 mil personas se encuentran en el corredor de la muerte en Irak.