A sus 81 años y retirado de los escenarios, el cantautor Joan Manuel Serrat vive con emoción el cariño y los galardones que recibe a raudales, como el que le dieron este viernes, quizá uno de los más anhelados: el Premio Princesa de Asturias de las Artes.
El poeta y músico barcelonés, quizá el más internacional y admirado de su ciudad, se refirió a una de las canciones que lo convirtieron en clásico en vida y en la banda sonora de varias generaciones, Mediterráneo, que es, como él mismo explicó, una canción de ensoñación, pero que si se asoma a la realidad diaria de ese mar azulado y cristalino constata que se ha convertido en un sarcófago inmenso y en el punto final para miles de personas que eligen la vía de la migración.
En una rueda de prensa en Oviedo, la capital de Asturias, donde el próximo viernes será la gala de los prestigiosos reconocimientos internacionales, Serrat reconoció que su retirada de los escenarios le hace sentir en ocasiones la tentación de volver, de regresar con su guitarra a cuestas para cantar esos himnos que él, con su voz inconfundible y singular, ha hecho vibrar a varias generaciones, como Lucía, Palabras de amor, Aquellas pequeñas cosas o Tu nombre me sabe a hierba. Dejar los escenarios no representa dejar de ser artista, de componer o de cantar. He dejado los escenarios, y no para componer o escribir más, lo he dejado para encontrarme a mí más en todos los aspectos, para aprovechar el tiempo que pueda quedarme y hacer alguna de las cosas que no sólo me dan vueltas en la cabeza, sino que la vida me va descubriendo, explicó.
A lo largo de su carrera, Serrat ha escrito y cantado más de 500 canciones y grabado 40 discos, entre ellos los que han puesto la música a poemas de escritores como Antonio Machado, Mario Benedetti, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Federico García Lorca y León Felipe.
Al ser preguntado sobre la forma en que asume su retiro de la música y si se asoma de vez a cuando a las nuevas producciones de la industria, Serrat explicó: el mundo de la música ha cambiado mucho; de hecho, los discos ya ni siquiera existen. Y al día de hoy la música popular que tiene mayor difusión es aquella en la que el ritmo le ha ganado absolutamente la batalla a la melodía. A partir de ahí, yo les aseguro que no soy enemigo ni del hip hop, ni del reguetón, ni considero que sean para nada otra cosa que el resultado de una serie de movimientos nuevos, de formas nuevas, y que dentro de lo cual hay de todo.
Serrat también se refirió a su canción Mediterráneo, una de las más importantes de su trayectoria artística, y si considera que sigue vigente en el mundo de hoy: Si pretendiera contar la parte que quería contar, que es el aspecto lúdico y sensual y casi diría infantil de mis relaciones con el Mediterráneo, sí. Para mí es una canción que no hay que tomarla como un retrato, sino quizá de ensoñación sobre el Mediterráneo.
Además reconoció que con el paso de los años ha visto cómo se ha ido transformando ese sueño idílico de infancia y juventud en otra cosa: En estos momentos el mar Mediterráneo es como toda la Tierra, es un mar contaminado y la contaminación humana que nos están obligando a vivir está convirtiendo lo que ha sido un puente de culturas en un sarcófago inmenso donde se van depositando los sueños de miles y miles de personas que tratan de encontrar un sitio donde cambiar la vida, y eso todavía lo convierten en un punto más notable de esta tragedia.
Aún así, advirtió, no voy a dejar de amarlo y sentirlo como el lugar donde mi niñez se hizo, donde crecieron mis sueños, mis amores y donde sigo teniendo una relación franca, dolorosa, pero sobre todo llena de amor con su territorio que es en el que me siento absolutamente identificado. Porque Serrat nació en el Mediterráneo.