Aviones israelíes lanzaron ayer una salva de misiles contra varios edificios en la ciudad portuaria de Tiro, en el sur de Líbano, provocando grandes humaredas, mientras Hezbollah confirmó que Hashem Safieddine, oficial de alto rango que sería el próximo líder del movimiento, fue asesinado en un ataque de Tel Aviv a principios de octubre.
La Agencia Nacional de Noticias, medio estatal, informó de tres muertos en un ataque israelí en la localidad cercana de Maarakeh.
Tiro, unos 80 kilómetros al sur de Beirut, es una de las ciudades más antiguas de Líbano y una comunidad floreciente y popular entre los turistas, conocida por sus playas inmaculadas, su puerto antiguo y las imponentes ruinas romanas, que incluyen un hipódromo considerado patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Los edificios atacados estaban entre lugares antiguos como el hipódromo y una serie de restos costeros de los fenicios y los cruzados.
El ejército israelí apremió a que evacuaran horas antes docenas de edificios en el corazón de la ciudad y exigió a los residentes trasladarse docenas de kilómetros hacia el norte.
El vocero militar israelí Avichay Adraee afirmó en X que había activos de Hezbollah en esa zona, sin entrar en detalles ni presentar pruebas.
Tiro, donde Hezbollah tiene fuerte presencia y sus legisladores forman parte del grupo de aliados de la milicia, también tiene civiles sin relación con el grupo pro iraní, incluida una considerable comunidad cristiana.
Trabajadores de protección civil libanesa utilizaron altavoces para advertir a la población que huyera, y ayudaron a ancianos y otras personas con dificultades a marcharse. Tras el bombardeo, el director de Defensa Civil, Ali Safieddine, informó que no hubo víctimas.
El doctor Wissam Ghazal, funcionario de Salud de Tiro, indicó que los ataques alcanzaron seis edificios, cuatro de los cuales fueron arrasados, y que podían verse a los desplazados en los parques y sentados junto a los caminos cercanos.
Se calcula que unas 15 mil personas permanecen en la ciudad, comparadas con una población de alrededor de 100 mil antes de la guerra, detalló Mhanna.
En tanto, Hezbollah confirmó la muerte de Hashem Safieddine un día después de que Israel dijo que lo había ultimado a principios de mes en los suburbios de Beirut.
Se esperaba que Safieddine, poderoso clérigo en las filas de Hezbollah, sucediera a Hassan Nasrallah, uno de los fundadores del grupo, abatido en un ataque israelí el mes pasado.
Según el ministerio libanés de Salud, unas 2 mil 500 personas han muerto desde que comenzó el conflicto, a finales del año pasado, cuando Hezbollah empezó a bombardear Tel Aviv en apoyo a la guerra contra Hamas en Gaza, y más de un millón de personas han huido de sus casas desde septiembre pasado, cuando Israel inició su ofensiva en Líbano.
En el lado israelí, los ataques han matado a unas 60 personas, la mitad de ellos soldados. Los cohetes lanzados casi a diario han vaciado poblaciones en el norte de Israel, desplazando a unas 60 mil personas.
En Gaza, las fuerzas israelíes siguen adelante con una amplia operación militar en el norte del territorio, donde la oficina humanitaria de Naciones Unidas señaló que Israel restringió severamente la entrega de ayuda, en momentos en que la Organización Mundial de la Salud anunció que la tercera fase de la campaña de vacunación contra la poliomielitis se pospuso debido a los intensos bombardeos.