Un funcionario de alto rango de Naciones Unidas dijo durante una visita a Beirut el domingo que está preocupado por la posibilidad de que los puertos y el aeropuerto de Líbano queden fuera de servicio, lo que provocaría graves consecuencias para el suministro de alimentos al país, en un momento en que Israel prosigue su ofensiva contra el grupo político-paramilitar libanés Hezbollah.
“Lo que he visto y escuchado hoy es devastador, pero la sensación es que esto puede ponerse mucho peor, y eso necesita evitarse”, declaró Carl Skau, subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, durante una entrevista con The Associated Press.
Hizo un llamado a que se lleven a cabo “todos los esfuerzos diplomáticos posibles para tratar de encontrar una solución política” a la guerra y para que las líneas de suministro sigan abiertas.
“Tenemos grandes preocupaciones y son muchas, pero una de ellas es, en efecto, que necesitamos los puertos y necesitamos las rutas de suministro para poder seguir operando”, señaló Skau.
En Gaza, donde Israel está librando una guerra con Hamas desde que el grupo miliciano palestino lanzó una incursión mortal en el sur de Israel hace un año, el hambre se ha disparado al tiempo que las organizaciones humanitarias se quejan de los grandes obstáculos para hacer llegar alimentos y otros suministros al enclave bloqueado.
Skau cree que las autoridades israelíes se han “comprometido” a no dejar fuera de servicio los puertos y el aeropuerto de Líbano.
“Pero, por supuesto, éste es un entorno muy cambiante. Así que no damos nada por sentado”, afirmó.
En las últimas semanas, Israel ha intensificado sus bombardeos aéreos y ha lanzado una invasión terrestre en Líbano.
Alrededor de 1,2 millones de personas están desplazadas en Líbano, según estimaciones del gobierno, de las cuales unas 200 mil se alojan en refugios colectivos, donde el PMA les suministra comidas.
Skau señaló que los precios de los alimentos ya han aumentado como consecuencia del conflicto, aunque el único aeropuerto internacional de Líbano y sus principales puertos marítimos siguen funcionando. El PMA había almacenado alimentos suficientes para abastecer a un millón de personas —-aproximadamente una quinta parte de la población libanesa— durante un mes, pero ahora está tratando de acumular suministros que puedan alimentar a esa cantidad de personas hasta finales de año.
“Por supuesto, tendremos que reabastecernos, y para ello serán fundamentales los puertos y otras líneas de suministro”, comentó.
Por ejemplo, la agencia ha estado trayendo alimentos desde Jordania a través de Siria hasta Líbano por tierra, dijo. A principios de este mes, un ataque israelí en la carretera hacia el principal cruce fronterizo entre Líbano y Siria cortó el acceso a ese cruce.
Desde que el cruce de Masnaa fue atacado, las personas que huyen de Líbano han seguido cruzando a pie, mientras que los vehículos, incluyendo los que transportaban suministros para el PMA, han tenido que utilizar otro cruce en el extremo norte del país, lo que hace que el viaje sea más arduo y caro.
Skau insto a que se reabra el cruce de Masnaa.
La Seguridad General libanesa, que supervisa los cruces fronterizos, ha registrado que 320 mil 184 sirios y 117 mil 727 ciudadanos libaneses cruzaron a Siria desde el 23 de septiembre, cuando comenzó la mayor escalada de los ataques aéreos israelíes en Líbano.
La afluencia se produce en un momento en que el PMA ha reducido su asistencia alimentaria en Siria como resultado de la escasez de fondos.
“En los últimos dos años hemos pasado de ayudar a unos 6 millones de personas a alrededor de 1,5 (millones)”, lamentó Skau. “Y con eso, por supuesto, nuestra capacidad se ha restringido y ahora necesitamos ampliarla nuevamente”.