Las facetas del artista, gestor cultural y activista Francisco Toledo (1940-2019), así como los temas que lo apasionaron, son el eje de ocho exposiciones, en su mayoría con obra de él, que forman parte del gran bloque de exhibiciones del 52 Festival Internacional Cervantino, que comienza mañana con Oaxaca de estado invitado.
Al recibir la convocatoria de la Universidad de Guanajuato (UG), cuyos recintos alojarán la totalidad de las muestras, nos centramos en propuestas que el maestro trabajó, como fotografía, diseño, grabado, así como su papel de coleccionista, explicó Sara López Ellitsgaard, presidenta de la asociación civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo e hija del artista.
Desde el inicio se les propuso que las exposiciones no solamente se instalaran en la capital estatal, sino que se llevaran a espacios fuera de la ciudad de Guanajuato. Eso nos resonó mucho porque el maestro siempre quería que la obra se exhibiera no sólo para quienes viven en la ciudad, sino también en espacios donde tal vez las personas no tengan la posibilidad de viajar para verlas. Partimos de la idea de ver qué exposiciones había hecho que pudieran ser de interés para un público más amplio, señaló López Ellitsgaard en entrevista con La Jornada. Se trató de organizar muestras cuyos temas interesaran a los jóvenes.
Relevante labor social
De acuerdo con José Osvaldo Chávez Rodríguez, director de Extensión Cultural de la UG, es una ocasión magnífica para exponer la obra de Francisco Toledo debido a la gran labor social que realizó. Era un artista cuya labor no sólo estuvo en la creación, sino en la generación de una conciencia crítica ante los problemas. Es decir, que las personas tuvieran elementos para reflexionar en torno a los problemas que vivimos, como la escasez de agua, el maíz transgénico y la invasión comercial capitalista, entre otros. Para nosotros es importante que nuestros estudiantes tengan presente miradas como la de Toledo.
El edificio central de la UG y espacios adyacentes albergarán cinco de las ocho exposiciones. Una versión reducida, por razones de espacio, pero con una mirada nueva, de la muestra Lu’ Biaani: Francisco Toledo y la fotografía, se exhibirá en la Galería Polivalente, mientras Procesos, abierta primeramente en el IAGO, estará en la galería Hermenegildo Bustos. Ésta tiene la particularidad de que se ha quitado el marco a todas las piezas para que el público pueda observar a detalle cómo el artista trabajó las placas.
La serie gráfica realizada en torno a la figura del escritor checo Franz Kafka se podrá ver en el Corredor Tomás Chávez Morado, ubicado en la antigua escuela de Relaciones Internacionales en el edificio central de la UG. La Galería el Atrio, que está más a pie de calle, recibirá la exposición de carteles Esopo y las lenguas. El Museo de la Universidad de Guanajuato, alojado en una casa antigua, albergará Mujeres y artes gráficas en la colección Toledo, 47 piezas de una selección de artistas oaxaqueñas, de otros estados del país e internacionales, que el homenajeado incluyó en su acervo. Otra exposición de gráfica, Fábulas de Esopo: Francisco Toledo, se destinará a la Casa Nigromante, en San Miguel de Allende.
Luego hay dos muestras relacionadas con las bienales de cartel que el expositor inició y para las que convocó a artistas de alrededor del mundo con el fin de diseñar afiches en torno a temas de mucha preocupación. Carteles por la soberanía alimentaria. No a los transgénicos. Segunda Bienal Internacional de Cartel Oaxaca se exhibirá en la Galería El Copal, en la comunidad de Copal, en Irapuato, mientras Carteles por el agua. Cuarta Bienal Internacional de Cartel Oaxaca se montará en Barrio Arriba, zona emblemática de León. Chávez Rodríguez explica que tanto Casa Nigromante como Barrio Arriba se consideran univerciudades, término para referirse a un intento de vincular la ciudad con la universidad, no necesariamente desde los programas académicos, aunque sí desde la extensión cultural.