Según un nuevo informe, la ciencia ha proporcionado pruebas más que suficientes para fundamentar un enfoque colectivo y global para abordar la continua propagación de la contaminación por plástico.
En un artículo publicado en la revista Science, un grupo internacional de expertos afirma que nunca ha sido más urgente adoptar medidas a escala mundial para abordar todas las formas de residuos plásticos y microplásticos.
Está claro que la legislación nacional vigente por sí sola no es suficiente para abordar el desafío, afirman, y el Tratado sobre la Contaminación por Plásticos de las Naciones Unidas (que se someterá a su quinta ronda de deliberaciones en noviembre de 2024) presenta una «oportunidad tangible» para una acción internacional conjunta.
Sin embargo, para que un tratado de este tipo sea realmente eficaz, debe comprometerse a una reducción general de la producción de plástico junto con medidas para reducir la emisión y liberación de partículas microplásticas a lo largo de todo el ciclo de vida del plástico. No hacerlo, añaden los investigadores, podría conllevar «un alto riesgo de daño ambiental irreversible».
Veiente años del término ‘microplástico’
El artículo fue escrito para conmemorar el 20 aniversario del primer estudio, también publicado en la revista Science, en el que se acuñó el término microplásticos para describir los fragmentos microscópicos de plásticos en nuestro océano.
Ambos estudios fueron dirigidos por el profesor Richard Thompson OBE FRS, jefe de la Unidad Internacional de Investigación sobre Basura Marina de la Universidad de Plymouth y uno de los coordinadores de la Coalición de Científicos para un Tratado Eficaz sobre Plásticos.
Fue coescrito por expertos en biología marina, sostenibilidad, sicología ambiental, política global sobre plásticos y evaluación de riesgos de la Universidad de Plymouth, la Universidad de Bangor (Reino Unido); EA-Earth Action (Suiza); la Universidad de Viena (Austria); la Universidad de Wollongong (Australia); y la Universidad de Wageningen (Países Bajos).
El profesor Thompson afirmó: «Tras 20 años de investigación, hay pruebas claras de los efectos nocivos de la contaminación por microplásticos a escala mundial. Eso incluye daños físicos a la vida silvestre, daños a las sociedades y culturas, y una creciente base de pruebas de daños a los seres humanos. A eso se suma el hecho de que los microplásticos son contaminantes persistentes y, una vez en el medio ambiente, son prácticamente imposibles de eliminar.
«Aún hay incógnitas, pero durante los 20 años transcurridos desde nuestro primer estudio, la cantidad de plástico en nuestros océanos ha aumentado alrededor de 50 por ciento, lo que solo enfatiza aún más la necesidad apremiante de actuar», agregó en un comunicado.
Desde la publicación del primer estudio en 2004, se han realizado aproximadamente 7 mil estudios de investigación sobre microplásticos, que han proporcionado evidencia considerable sobre sus fuentes e impactos, así como posibles soluciones.
Se han encontrado microplásticos en todos los rincones del planeta, en más de 1300 especies acuáticas y terrestres, en los alimentos y bebidas que consumimos y en múltiples tejidos y órganos del cuerpo humano.
Se calcula que las emisiones de microplásticos al medio ambiente ascienden a 40 megatones al año, una cifra que podría duplicarse para 2040, por lo que las predicciones indican que el daño ambiental a gran escala podría continuar durante el próximo siglo.
La profesora Sabine Pahl, profesora de Psicología urbana y ambiental de la Universidad de Viena y profesora honoraria de la Universidad de Plymouth, añadió: «La contaminación por plásticos es causada completamente por acciones humanas. Por eso necesitamos investigar sobre las percepciones de los riesgos y los beneficios del plástico, así como otros factores que impulsan el apoyo y el cambio de políticas, integrando una perspectiva de las ciencias sociales».