Radios portátiles usados por Hezbollah estallaron en diversos puntos de Líbano ayer, en una segunda ola de explosiones mortales, mientras el ministro israelí de Defensa declaró que su país ha entrado en una nueva fase de la guerra en su frontera norte. Por lo menos 20 personas murieron y 450 resultaron heridas por las detonaciones, informó el ministro libanés de salud.
Este nuevo hecho se produce 24 horas después de que las explosiones de miles de bípers causaron la muerte de 12 personas y heridas a otras 3 mil, en un ataque sin precedente del que Hezbollah culpó a Israel.
Aunque Tel Aviv no ha hecho comentarios, el dedo acusador señala a su agencia de espionaje, Mossad. Una alta fuente de la seguridad libanesa y una segunda fuente dijeron a reporteros que Mossad –que tiene un largo historial de complejos ataques en suelo extranjero– plantó explosivos dentro de los dispositivos. La aseveración fue reiterada por funcionarios del gobierno de Estados Unidos, citados en medios de ese país.
Los ataques de este miércoles a los walkie-talkies muestran huellas similares. Los dispositivos detonaron en el sur del país y en los suburbios del sur de la capital, Beirut; muchas de las heridas de las víctimas fueron en el estómago y las manos.
Por lo menos uno de los estallidos ocurrió cerca de un funeral organizado por Hezbollah, grupo apoyado por Irán, para los fallecidos en las explosiones de los bípers.
Los radios portátiles fueron adquiridos por Hezbollah hace cinco meses, más o menos al mismo tiempo que los bípers, declaró una fuente de seguridad a reporteros.
El primer ministro de Líbano estaba aquí, en la sala de juntas de emergencia del Ministerio de Salud, declaró a The Independent el ministro libanés de salud, Firass Abiad.
Sentimos que éste es un acto indiscriminado de agresión, y que es otra violación al derecho humanitario internacional. Hoy hice giras para reunirme con muchos de los pacientes y sus familias. El principal sentimiento que capté fue de indignación, no de abatimiento y desesperación. Fue un sentimiento de indignación, y de que esto es un intento de intensificar la guerra.
La retórica en torno a los ataques en la frontera libanesa-israelí ha crecido en semanas recientes, y el ministro israelí de Defensa informó ayer que el ejército dirige su atención hacia ese frente. Yoav Gallant no hizo mención de las explosiones, pero elogió el trabajo de su ejército y las agencias de seguridad, expresando que los resultados son muy impresionantes.
Nueva fase de la guerra
Después de meses de guerra contra militantes de Hamas en Gaza, el centro de gravedad se está desplazando hacia el norte, desviando recursos y fuerzas, añadió. Estamos al inicio de una nueva fase de la guerra, que requiere valor, determinación y perseverancia.
El jefe del ejército israelí, Herzi Halevi, agregó que su país tiene muchas capacidades que aún no han sido activadas.
El ministro del exterior de Jordania, Ayman Safadi, acusó a Israel de empujar a Medio Oriente al borde de una guerra regional, al orquestar una peligrosa intensificación.
Funcionarios declararon al sitio web Axios que los explosivos fueron colocados previamente en los radios portátiles, los cuales fueron entregados a Hezbollah para usarse en caso de una guerra abierta con Israel; por esa razón muchos estaban guardados en almacenes.
Las fuentes dijeron que el segundo ataque fue probablemente impulsado por el riesgo de que las investigaciones de Hezbollah tras el primer ataque descubrieran la ruptura de seguridad en los walkie-talkies.
Izzat al-Rasheq, oficial de alto rango de Hamas, afirmó que Israel es responsable de las repercusiones de este continuo ataque en Líbano. Irán también condenó los atentados, los cuales, según comentó la vocera de su gobierno, Fatemeh Mohajerani, han ocasionado la muerte y heridas de cientos de ciudadanos libaneses.
Imágenes de los dispositivos que estallaron mostraban un panel interno identificado como ICOM y con la etiqueta Hecho en Japón. Según su sitio web, ICOM es una compañía telefónica y de comunicaciones con sede en ese país asiático.
Se ha dicho que la producción de varios modelos de su radio portátil ha sido descontinuada, incluido el IC-V82, muy parecido a las imágenes emitidas desde Líbano este miércoles. El modelo fue dejado de producir en 2014.
El número de muertos por las explosiones de bípers del martes se elevó a 12 ayer, entre ellos dos niños, informó el ministro Abiad. Casi 3 mil personas resultaron heridas, incluido el enviado iraní a Beirut.
Un fabricante taiwanés de bípers –Gold Apollo– negó haber producido los aparatos afectados. Afirmó que fueron fabricados bajo licencia de una compañía llamada BAC Consulting, con sede en Budapest. Zoltan Kovacs, vocero del primer ministro húngaro, Viktor Urban, señaló que la firma es una compañía intermediaria que no tiene una fábrica o algún otro sitio de operación en Hungría y que los dispositivos nunca han estado en Hungría.
Cristiana Barsony-Arcidiacono, jefa ejecutiva de BAC Consulting, confirmó a NBC News que su compañía trabaja con Gold Apollo, pero añadió: Yo no hago los bípers. Sólo soy intermediaria. Creo que ustedes lo entendieron mal.
El sitio web de BAC Consulting, que estaba en funciones ayer, pero luego dejó de estar disponible, daba información vaga respecto a las actividades de la empresa.
El perfil de Barsony-Arcidiano señala que ha sido consejera de varias organizaciones, entre ellas la Unesco. La atención se ha centrado en dónde y cuándo se hicieron los arreglos a los dispositivos; una alta fuente libanesa indicó que fueron intervenidos por el servicio israelí de espionaje en el nivel de producción.
Mossad inyectó en el dispositivo una tarjeta que contiene material explosivo y recibe un código. Es muy difícil de detectar por cualquier medio, precisó la fuente.
Otra fuente de seguridad afirmó que se ocultaron hasta 3 gramos de explosivos en los bípers y que pasaron inadvertidos para Hezbollah durante meses. Otros oficiales sugirieron que el explosivo fue colocado a un lado de la batería, junto con un detonador que podía ser activado a distancia.