José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, se refirió a la decisión de gobierno de Nicolás Maduro de convocar al embajador español en Caracas y llamar a consultas a su representante diplomática en Madrid, al señalar que son cuestiones soberanas, nosotros trabajamos para tener las mejores relaciones con Venezuela, con los que nos sentimos muy cercanos como el resto de países de América Latina.
El origen de esta crisis diplomática es la aprobación en el Congreso de los Diputados de una proposición no de ley en la que se insta al Ejecutivo español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, a reconocer al líder opositor venezolano derechista Edmundo González Urrutia, asilado en Madrid desde el pasado lunes, como el presidente legítimo de Venezuela y ganador de los comicios presidenciales del pasado 28 de julio.
El intento de Albares de rebajar las tensiones contrastó con las reuniones en el Palacio de la Moncloa entre González Urrutia con dos ex presidente españoles: el socialista Felipe González y el conservador Mariano Rajoy, quienes le dieron el mismo reconocimiento.
Diferendo
La escalada fue a más tras el encuentro, y lo que terminó por indignar al gobierno de Maduro, fue que la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante la presentación no oficial de un libro, se solidarizó con los exiliados venezolanos y tildó al gobierno como una dictadura.
Albares insistió que Venezuela es un país hermano y que el gobierno español trabaja para tener las mejores relaciones. Además, al ser preguntado si compartía la misma opinión de Robles, señaló: No soy politólogo, e instó al Partido Popular y a la derecha a reconocer que el franquismo sí fue una dictadura.
Albares no ocultó su incomodidad ante la crisis con Venezuela, sobre todo porque desde que decidió otorgarle el asilado político a González Urrutia, gracias a la intermediación del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el Ejecutivo trabaja con cautela.
Confirmó que no tienen prevista adoptar ninguna medida específica a raíz de la llamada a consultas de la embajadora del país sudamericano.
El canciller venezolano, Yván Gil, advirtió al embajador español en Caracas, Ramón Santos, que no permitirá ninguna acción injerencista.
La embajadora venezolana en Madrid, Gladys Gutiérrez, abandonó España tras ser llamada a consultas, informó Europa Press.