Titulares

Sequía siniestró 480 mil hectáreas de cultivo en Zacatecas

Milpas de maíz arruinadas por la falta de lluvias, una muestra de las afectaciones al sector agropecuario del norte de México por los efectos de la fuerte sequía y el cambio climático. 

Más de 200 mil hectáreas de frijol, de las 480 mil hectáreas que se sembraron en Zacatecas, entre los meses de junio y las primeras semanas de julio, pasados, se van siniestrar totalmente, por la falta de lluvias regulares en gran parte del territorio estatal, denunciaron éste miércoles campesinos de los municipios de Río Grande, Fresnillo, Villa de Cos, Ojocalientes, Luis Moya, Guadalupe y Trancoso. 

En conferencia de prensa realizada en el vestíbulo de la legislatura de Zacatecas, los campesinos pidieron al gobernador David Monreal Ávila solicite al gobierno federal, una declaratoria de desastre agrícola, ante las severas condiciones climáticas que se han presentado en Zacatecas, no solo con las lluvias muy irregulares, sino además, con “heladas tardías”, que provocaron la pérdida del 75 por ciento de la cosecha de uva, en 2 mil 800 hectáreas que se siembran en cuatro municipios zacatecanos y uno de Aguascalientes. 

Los campesinos denunciaron ante las autoridades agropecuarias locales y federales el siniestro, en mayo pasado, y los representantes de la Secretaría del Campo local y la SADER federal, les prometieron apoyos económicos y con insumos, “pero hasta la fecha, no hemos recibido respuesta ni apoyo alguno, frente a la catástrofe”, mencionó Fernando Galván, campesino vocero de los afectados. 

“Se perdió el 75 por ciento de las cosechas de vid, por tres heladas atípicas que se registraron en los municipios de Ciudad Cuauhtémoc, Luis Moya, Ojocaliente y Fresnillo, hasta en Cosio (Aguascalientes, limítrofe con Zacatecas), son 280 productores que tienen 2 mil 800 hectáreas de uva. Los rendimientos se cayeron, hay campesinos que ordinariamente cosechan entre 25 a 30 toneladas de uva por hectárea, ahora están levantando 6 o 7 toneladas por hectárea. No hay uva esta temporada en el estado”. 

Asimismo, otros daños ocasionados por fenómenos hidrometeorológicos “atípicos” en Zacatecas, se produjeron en julio pasado con la pérdida de más de 100 hectáreas de chile, en las localidades de La Luz y Casa Blanca, en el municipio de Guadalupe. 

La pérdida es costosa, porque son cultivos de riego, con una importante inversión en el costo de la energía eléctrica en sus motobombas para extraer el agua del subsuelo, fertilizantes, fungicidas y plaguicidas. Por cada hectárea, los productores invierten entre 90 mil y 120 mil pesos, por hectárea. Y también afecta a estos cultivos, la sequía. 

Extorsiones y amenazas a productores 

Otro problema crítico, indicó el diputado José Luis Figueroa Rangel, del partido local Revolución Popular de Zacatecas –aliado de la 4T-, es el de la violencia e inseguridad que padecen campesinos y ganaderos en el estado, con múltiples casos de extorsión, por parte de presuntos integrantes de la delincuencia organizada, principalmente consistentes en el cobro de cuotas, para comercializar sus productos. 

Ante ello, expuso el legislador local, ahora es urgente al respaldo de las autoridades del sector agropecuario por la falta de lluvias, y advirtió que éste llamado de los campesinos, “es una anticipación al fracaso, esperemos que tenga eco, no se está pidiendo apoyo para ninguna organización agrícola en concreto, estamos pidiendo atención y repuesta para el campo de Zacatecas, para el granero de frijol en el país”. 

Sobre el problema de la extorsión y amenazas a los productores rurales, “esto no es nuevo, está denunciado desde el año antepasado, y es algo que se debe manejar con mucho cuidado, porque los compañeros campesinos que han interpuesto sus denuncias, han tenido que poner distancia –ironizó-, e incluso se han ido del estado varios de ellos, con todo y sus familias, por haberlo denunciado”. 

“En Zacatecas se cohabita con el crimen organizado, y nos están acostumbrando a esa cohabitación, a que el productor tiene que tolerar el lastre, ya no nada más de que no hay valor de los productos producidos, no, sino que no hay libertad para producir. Se tiene que pagar el derecho para ser campesino o ganadero, se tiene que pagar para comercializar. Esa cohabitación está mal, pero esto no se va a detener, hasta que el gobierno recupere los territorios clave, del sector productivo agrícola y ganadero”.