La delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla inauguró esta semana las dos primeras ventanas arqueológicas virtuales del país, lo que permite preservar en óptimas condiciones dos relevantes contextos funerarios prehispánicos.
Mediante un comunicado, el organismo informó que este sistema consta de un cedulario tradicional -de textos y fotografías impresas- con códigos QR, que permiten al público acceder mediante tabletas o teléfonos inteligentes a las reconstrucciones en 3D de dos tumbas, denominadas 1 y 3, descubiertas y exploradas por el INAH en 2004 y 2023, respectivamente.
De acuerdo con el arqueólogo Alberto Diez-Barroso Repizo, esta tecnología es ideal para contextos urbanos pues las ventanas arqueológicas tradicionales -con escotillas metálicas o vidrios de protección- requieren de una inversión considerable, así como mantenimiento constante, pues factores como la luz solar o la lluvia generan humedad lo que es un problema para la conservación.
A partir de un guion científico de su autoría y de estudios de fotogrametría y modelado 3D, a cargo del arqueólogo Gibrán Martínez González, y con recursos del ayuntamiento encabezado por Santiago Miranda de Aquino, fueron instalados tres cedularios físicos en la calle 8 Norte.
Tales elementos contienen cuatro códigos QR que llevan a los modelos digitales: tres recrean las ofrendas cerámicas, el espacio arquitectónico y los restos humanos de, al menos, 21 individuos, recuperados en la Tumba 3; el restante brinda un contexto sobre la Tumba 1, caracterizada por su elaborada pintura mural.
Diez-Barroso señaló que los fechamientos arrojan una temporalidad hacia el año 100 d.C.; sin embargo, los materiales de la Tumba 3 son aproximadamente del 650 d.C., y los de la Tumba 1, del 700 d.C.
Ambas están asociadas a la cultura popoloca o ngiwa que, si bien aún está vigente en diversas localidades de Puebla, en tiempos prehispánicos tenía una presencia más amplia: “Es sabido que en la antigua Teotihuacán existían barrios popolocas e, incluso, ya en el siglo XVI, se registra que en la localidad San Juan Teotihuacán todavía había hablantes de ese idioma”.
Además de las ventanas arqueológicas virtuales, en los contextos arqueológicos de la calle 8 Norte, donde subyacen las tumbas referidas, se instalaron bolardos para evitar el paso de vehículos pesados.
“Cuando el INAH agotó la excavación y la investigación de las tumbas, ambas fueron consolidadas y recubiertas con tierra cernida, lo que en términos de conservación es lo más adecuado, de manera que se puede afirmar que si alguien en 50 o 100 años quiere reabrirlas, las va a encontrar en buenas condiciones”, dijo el experto.
El arqueólogo refiere que hay intenciones para la creación de un museo, junto con las autoridades de San Juan Ixcaquixtla, que albergue los numerosos hallazgos de piezas cerámicas, líticas y cuentas de piedra verde, entre otros objetos, recuperados en las últimas décadas en el municipio.