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El uso de robots en microcirugías mejora resultados y agiliza la recuperación

El desarrollo de tecnología que permite magnificar una imagen, suturar tejidos de diámetro menor de un cabello y la integración de robots para llegar a estructuras en la profundidad del cuerpo humano ha marcado los avances en la microcirugía, apuntó Eric Santamaría Linares, especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva.

El desarrollo de tecnología que permite magnificar una imagen, suturar tejidos de diámetro menor de un cabello y la integración de robots para llegar a estructuras en la profundidad del cuerpo humano ha marcado los avances en la microcirugía, apuntó Eric Santamaría Linares, especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva. 

En entrevista desde las instalaciones del Hospital General Manuel Gea González, donde es responsable de la Clínica de Microcirugía, el médico explicó que estos procedimientos de alta precisión se utilizan para unir o diseccionar vasos sanguíneos, venas y nervios, que miden dos milímetros de diámetro o menos. 

De acuerdo con el experto, la técnica es útil en trasplantes o reparación de tejidos dañados en la zona de cabeza, cuello, mano, extremidad superior, mama y traumatismos de extremidad inferior. Aunque en los pasados años, también se aplica en los nervios periféricos, aquellos que se encuentran fuera del cerebro y de la médula espinal, y los vasos linfáticos, unos conductos delgados y transparentes que transportan la linfa, un líquido importante para la respuesta inmunológica del cuerpo. 

Especialidades como la cirugía reconstructiva, neurocirugía, oftalmología y la cirugía plástica suelen implementarla. 

Santamaría Linares considera que dos avances científicos resultaron fundamentales para que esta clase de operaciones tuviera lugar y pudiera popularizarse. Uno de ellos es la invención del microscopio quirúrgico, un artefacto desarrollado en la década de 1950 por Carl Zeiss. 

El aparato ha evolucionado mucho a partir de entonces, y cada vez son más sofisticados, con mayor aumento y más aditamentos para trabajar mejor. 

Estos equipos pueden aumentar hasta 30 veces el campo visual –dependiendo de la marca y el tipo de lente–, y a diferencia de las lupas que se usaban antes y daban un enfoque bidimensional, el microscopio proporciona un enfoque tridimensional. 

Otro avance importante fue el desarrollo de una técnica de sutura de vasos sanguíneos por parte de Alexis Carrel, un cirujano y biólogo francés, que ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1912. 

La técnica de Carrel se basa en la aplicación de una serie de puntos de sutura que aseguran una alineación perfecta de las capas del vaso sanguíneo, lo que garantiza una unión adecuada y minimiza el riesgo de trombosis o fuga. Además, introdujo el uso de un hilo fino para mejorar la precisión y la calidad de la sutura. 

En un procedimiento quirúrgico estándar, se utilizan hilos con medidas que varían de uno a tres ceros, pero cuando se trata de esta clase de cirugías, se utilizan de ocho a 13 ceros. En un contexto donde a mayor número de ceros, es más delgado el material para coser. 

El médico explicó que un tejido del diámetro de un cabello equivale a una sutura con hilo de ocho ceros, y cuando hablamos de algunos vasos sanguíneos de menos de un milímetro, utilizamos de 12 o 13 ceros, que prácticamente no son visibles al ojo humano, hay que realizar las maniobras bajo el microscopio quirúrgico. 

Aunado a esto, en los pasados cinco años, países como Europa, Asia y Estados Unidos han introducido el uso de robots para trabajar tejidos muy finos. 

De acuerdo con Santamaría Linares, estos artefactos pueden mejorar el resultado de estas intervenciones, de 70 a 100 por ciento, y disminuir los tiempos del procedimiento de seis a tres horas. Además, la recuperación del paciente es mucho más rápida. 

El médico lo que hace es manipular los brazos de estos robots, que están dentro del campo quirúrgico, para que tomen la aguja y la pasen a través del sitio a coser. 

En la actualidad hay dos robots para esta modalidad de cirugías, uno de ellos es de origen italiano, de la marca MMI, y el otro es de procedencia alemana, de la compañía Carl Zeiss. Su valor en el mercado ronda 2 millones y medio de pesos, según las especificaciones técnicas. 

En México ningún hospital ni público ni privado ha adquirido un equipo de esta naturaleza para microcirugía. Hay para otras especialidades. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) puso en marcha uno, a principios de agosto, para el manejo del cáncer. 

Santamaría Linares indicó que en el caso del hospital Manuel Gea González, desde hace dos años se realizan gestiones para que tenga uno para microcirugías. E, incluso, a mediados de este 2024, les fue presentado un robot de origen italiano, en el que pudieron hacer algunas prácticas. 

Nosotros esperamos que la situación de las instituciones de salud pública mejore con el nuevo gobierno. David Kershenobich, quien fue anunciado como el próximo titular de la Secretaría de Salud, es un profesional con mucha apertura, y sabe de la necesidad de evolucionar y dar servicio de alta calidad; eso nos hace creer que pronto podremos contar con uno.