El reciente retroceso de los glaciares en Los Andes no tiene precedentes en la historia de la civilización, según un nuevo estudio publicado este domingo en la revista Science.
El hallazgo sorprendió a los científicos, que inicialmente planearon revisar el estado actual de los glaciares y cómo habían variado a lo largo de la civilización.
«Pensábamos que este resultado se obtendría a décadas de distancia», dijo Andrew Gorin, autor principal del estudio, quien al principio creyó que los resultados iniciales eran una casualidad, pero fueron confirmados por muestras posteriores.
«Demuestra que esto está sucediendo más rápido de lo que incluso aquellos que más pensamos en ello creíamos», agregó.
Gorin y su equipo de científicos dataron mediante carbono el lecho rocoso que había sido recientemente expuesto por el retroceso de los glaciares midiendo los niveles de nucleidos de berilio-10 y carbono-14 y descubrieron que las concentraciones eran casi cero.
«Básicamente, si tu roca puede ver el cielo, está acumulando estos nucleidos», dijo Gorin, y agregó que la tasa de desintegración de estos nucleidos muestra que la roca no había estado expuesta durante la Era del Holoceno, que se remonta a 11 mil 700 años, pero podría remontarse incluso más atrás.
«Apostaría todos los ahorros de mi vida a que, de hecho, estos glaciares están más pequeños que desde el último período interglacial», que terminó hace unos 115 mil años, señaló.
El estudio recopiló datos en cuatro glaciares de Los Andes, que comprenden 99 por ciento de los glaciares tropicales del mundo. Estos cuerpos son más susceptibles al clima, ya que se encuentran constantemente en el punto de congelación o cerca de él.
«Creemos que esto es la señal de alerta: esto va a ocurrir en todas partes en poco tiempo y tal vez antes de lo que pensábamos», afirmó Gorin.
Un corresponsal de Reuters escaló recientemente varias montañas de Los Andes para ver de primera mano los cambios que los montañistas presenciaban a medida que los glaciares retrocedían. Muchos describieron condiciones cada vez más peligrosas y cambios sin precedentes en sus vidas.
«Creo que es una señal de que ahora estamos abandonando las condiciones, las condiciones climáticas a las que estábamos acostumbrados, en las que hemos construido nuestra civilización global tal como la conocemos», dijo el experto.