Más de mil 600 bomberos combatían este viernes por aire y por tierra un poderoso megaincendio que ardía descontrolado en el norte de California, Estados Unidos, donde ha forzado la evacuación de miles de personas.
El incendio Park, el primer megaincendio de esta temporada en California y el más intenso en lo que va de año, ya arrasó 66.484 hectáreas y continúa cobrando fuerza debido a las severas condiciones climáticas en el oeste de Estados Unidos, bajo una intensa ola de calor.
Las llamas se encendieron la tarde del miércoles cerca de la localidad de Chico, en el condado de Butte, y en pocas horas ya habían carbonizando decenas de miles de hectáreas, alcanzando el vecino condado de Tehama.
«Este incendio tiene dedos expandiéndose en direcciones diferentes dependiendo de hacia dónde sopla el viento», dijo el sheriff del condado de Butte, Kory Honea el jueves.
«Esta zona se encuentra bajo una alerta roja debido a los vientos racheados y la baja humedad», agregó el Departamento de Bomberos.
«El comportamiento de las llamas es extraordinario, y eso no es bueno», dijo el experto climático, Daniel Swain.
Las autoridades detuvieron el jueves a un hombre de 42 años, sospechoso de haber iniciado el incendio al empujar un carro en llamas por un barranco.
El fiscal de Butte, Mike Ramsey, lo identificó en un comunicado como Ronnie Dean Stout II, señalando que cuenta con antecedentes penales y que permanecerá detenido sin fianza hasta comparecer ante la corte, la semana que viene.
Unas 134 estructuras fueron reducidas a cenizas por las llamas, cuyas enormes paredes de humo comienzan a ser visibles en otros estados del país.
«Preparados para irse»
Imágenes en redes sociales muestran la densa humareda anaranjada y gris, así como explosiones en medio de infernales llamas.
«Tienen que estar preparados para irse», advirtió el sheriff Honea a los ciudadanos en las decenas de zonas bajo advertencia de evacuación.
«Hemos visto en repetidas ocasiones casos en los que la gente esperó mucho para irse, y han fallecido».
Honea aconsejó a quienes están en áreas bajo orden de evacuación a irse de inmediato. «Si el fuego se acerca, no puedo prometerles o garantizarles que podremos llegar y salvarles la vida».
Algunos residentes de la zona, como Julia Yarbough, vieron su casa arder hasta los cimientos.
«Ésto es lo que queda de mi casa», dijo Yarbough a la cadena CBS mostrando sólo cenizas y escombros.
«Debo estar en shock (…) Es surreal», agregó la mujer.
Butte está a unos 110 kilómetros al norte de Sacramento, la capital de California, y a tan sólo 38 kilómetros de Paradise, comunidad arrasada en 2018 por el devastador incendio Camp, el más letal de la historia del estado, con unos 85 fallecidos.
La explosión del incendio Park ha puesto nuevamente a esta comunidad bajo advertencia de evacuación, desatando malas memorias.
California vive un temprano inicio de lo que parece ser una intensa temporada de incendios forestales.
El Servicio Nacional de Meteorología emitió una «alerta roja» para la región hasta la noche del viernes y pronosticó «condiciones climáticas críticas».
Más de veinte incendios están activos en California.
Otros 40 avanzan en los vecinos Washington y Oregón, amenazando varias comunidades.
Los incendios forestales avanzan con fuerza también en Canadá, donde las llamas consumieron casi por completo la turística localidad de Jasper, en la provincia de Alberta.
El oeste de Estados Unidos sufrió unos 20 años de sequía, pero los dos últimos años fueron relativamente húmedos. La flora que creció producto de ese alivio se ha secado rápidamente este año, que se perfila caluroso y seco, convirtiéndose en combustible para la propagación de las llamas.
Los eventos climáticos extremos se han vuelto cada vez más comunes gracias al calentamiento global agravado por la acción humana, según los expertos.