Titulares

Diserta galeno sobre la relación del arte con las prácticas médicas

Las artes y la medicina han estado unidas en la historia, sostuvo Álvaro Lomelí Rivas, director médico del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, y agregó que en la actualidad un médico que no se involucra en lo artístico está limitado para desarrollar su profesión. 

Las artes y la medicina han estado unidas en la historia, sostuvo Álvaro Lomelí Rivas, director médico del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, y agregó que en la actualidad un médico que no se involucra en lo artístico está limitado para desarrollar su profesión. 

Ante un público formado casi en su totalidad por colegas suyos, el galeno impartió ayer en ese instituto la conferencia Arte y medicina, con la que recorrió el evidente vínculo durante siglos entre ambas expresiones. La disertación inauguró el programa cultural para 2024 de ese centro especializado, que continuará con dos actividades en septiembre y diciembre. 

Lomelí Rivas brindó una profunda y esclarecedora charla que abarcó desde las primeras muestras de arte, con la pintura rupestre, hasta los últimos años con comentarios en torno a escritores, pintores y músicos, y mostró los beneficios que las disciplinas artísticas han tenido en la práctica médica, los pacientes y el bienestar que producen entre quienes ejercen la medicina. 

Los médicos también podemos hacer arte. En este instituto conozco a una doctora que es violinista; otra, cantante, y un médico que es pianista; a otros les gusta dibujar y a algunos más les gusta escribir. El arte va muy ligado con la medicina. 

Al comenzar su conferencia se refirió al polímata Leonardo da Vinci, creador del conocido Hombre de Vitruvio alrededor de 1490, cuyos dibujos de disecciones del cuerpo humano son precursores porque con estos trabajos empieza la anatomía moderna; también son simbólicos porque marcan el inicio de la conjunción entre artes y ciencias. 

Para los términos de su conferencia, definió el arte como la capacidad del ser humano para representar sus sentimientos, emociones y percepciones de sus vivencias y el entorno que le rodea, y plasmarlos en obra plástica, literaria, musical y de expresión corporal. 

El funcionario comentó que la medicina y el arte son conceptos dinámicos y que evolucionan acorde con la realidad histórica que las circunda socialmente. Para ejemplificar, se refirió a las etapas y corrientes que han atravesado la pintura, que devinieron en reconocidos creadores como Giotto, Da Vinci, Velázquez, Monet, Van Gogh, Munch, Picasso, Dalí y los muralistas mexicanos Rivera, Siqueiros y otros consagrados a nivel mundial. 

En la ponencia, Álvaro Lomelí dio cuenta de su amplio conocimiento en el arte y clarificó conceptos esenciales para entender las formas en que se han desarrollado sus disciplinas, con una visión global que ayudó a entender la gran potencia de este desarrollo. 

El especialista en medicina de rehabilitación sentenció que el arte se adelanta a los hechos y el artista siente lo que está ocurriendo en su ámbito social. Su sensibilidad es tal, que prefigura lo que pasa. 

Recordó que el arte y la medicina han viajado juntos en la historia. Se refirió a una cerámica griega que representa al héroe mítico Aquiles vendando una herida de Patroclo, mientras posteriores pinturas muestran disecciones humanas y otros temas médicos, así como el grabado que representa al químico y microbiólogo francés Louis Pasteur. 

Lomelí Rivas habló de grandes genios de la humanidad como Galileo, quien se quedó ciego, y los compositores Bach y Händel, pilares de la música barroca que sufrían cataratas y fueron operados por el mismo charlatán; Beethoven, de quien se han escrito tesis doctorales que se centran en averiguar qué le provocó su sordera, o Schumann, quien murió en un asilo afectado por padecimientos mentales. 

Acerca de la contribución de los médicos al arte, se refirió al británico Peter Medawar y el mexicano Ruy Pérez Tamayo. El primero fue autor de los importantes libros Consejos a un joven científico y El futuro del hombre; en tanto, el inmunólogo tamaulipeco escribió textos como El viejo alquimista, Serendipia y Acerca de Minerva, con un estilo fabuloso. 

Contó que durante la pandemia de covid-19 el arte fue utilizado para disminuir la ansiedad, sensación de soledad y el aburrimiento en los pacientes, y para mantenerlos con esperanza. Por eso enfatizó que el arte salvó muchas vidas. 

Las artes y la medicina han estado unidas en la historia, sostuvo Álvaro Lomelí Rivas, director médico del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra, y agregó que en la actualidad un médico que no se involucra en lo artístico está limitado para desarrollar su profesión. 

Ante un público formado casi en su totalidad por colegas suyos, el galeno impartió ayer en ese instituto la conferencia Arte y medicina, con la que recorrió el evidente vínculo durante siglos entre ambas expresiones. La disertación inauguró el programa cultural para 2024 de ese centro especializado, que continuará con dos actividades en septiembre y diciembre. 

Lomelí Rivas brindó una profunda y esclarecedora charla que abarcó desde las primeras muestras de arte, con la pintura rupestre, hasta los últimos años con comentarios en torno a escritores, pintores y músicos, y mostró los beneficios que las disciplinas artísticas han tenido en la práctica médica, los pacientes y el bienestar que producen entre quienes ejercen la medicina. 

Los médicos también podemos hacer arte. En este instituto conozco a una doctora que es violinista; otra, cantante, y un médico que es pianista; a otros les gusta dibujar y a algunos más les gusta escribir. El arte va muy ligado con la medicina. 

Al comenzar su conferencia se refirió al polímata Leonardo da Vinci, creador del conocido Hombre de Vitruvio alrededor de 1490, cuyos dibujos de disecciones del cuerpo humano son precursores porque con estos trabajos empieza la anatomía moderna; también son simbólicos porque marcan el inicio de la conjunción entre artes y ciencias. 

Para los términos de su conferencia, definió el arte como la capacidad del ser humano para representar sus sentimientos, emociones y percepciones de sus vivencias y el entorno que le rodea, y plasmarlos en obra plástica, literaria, musical y de expresión corporal. 

El funcionario comentó que la medicina y el arte son conceptos dinámicos y que evolucionan acorde con la realidad histórica que las circunda socialmente. Para ejemplificar, se refirió a las etapas y corrientes que han atravesado la pintura, que devinieron en reconocidos creadores como Giotto, Da Vinci, Velázquez, Monet, Van Gogh, Munch, Picasso, Dalí y los muralistas mexicanos Rivera, Siqueiros y otros consagrados a nivel mundial. 

En la ponencia, Álvaro Lomelí dio cuenta de su amplio conocimiento en el arte y clarificó conceptos esenciales para entender las formas en que se han desarrollado sus disciplinas, con una visión global que ayudó a entender la gran potencia de este desarrollo. 

El especialista en medicina de rehabilitación sentenció que el arte se adelanta a los hechos y el artista siente lo que está ocurriendo en su ámbito social. Su sensibilidad es tal, que prefigura lo que pasa. 

Recordó que el arte y la medicina han viajado juntos en la historia. Se refirió a una cerámica griega que representa al héroe mítico Aquiles vendando una herida de Patroclo, mientras posteriores pinturas muestran disecciones humanas y otros temas médicos, así como el grabado que representa al químico y microbiólogo francés Louis Pasteur. 

Lomelí Rivas habló de grandes genios de la humanidad como Galileo, quien se quedó ciego, y los compositores Bach y Händel, pilares de la música barroca que sufrían cataratas y fueron operados por el mismo charlatán; Beethoven, de quien se han escrito tesis doctorales que se centran en averiguar qué le provocó su sordera, o Schumann, quien murió en un asilo afectado por padecimientos mentales. 

Acerca de la contribución de los médicos al arte, se refirió al británico Peter Medawar y el mexicano Ruy Pérez Tamayo. El primero fue autor de los importantes libros Consejos a un joven científico y El futuro del hombre; en tanto, el inmunólogo tamaulipeco escribió textos como El viejo alquimista, Serendipia y Acerca de Minerva, con un estilo fabuloso. 

Contó que durante la pandemia de covid-19 el arte fue utilizado para disminuir la ansiedad, sensación de soledad y el aburrimiento en los pacientes, y para mantenerlos con esperanza. Por eso enfatizó que el arte salvó muchas vidas.