Titulares

Científicos detectan microplásticos en penes

Investigaciones recientes han dado cuenta de la presencia de microplásticos en los testículos y semen, ahora, un nuevo estudio ha permitido que se detecten estos materiales en penes. 

Investigaciones recientes han dado cuenta de la presencia de microplásticos en los testículos y semen, ahora, un nuevo estudio ha permitido que se detecten estos materiales en penes. 

Los nuevos estudios muestran que existe la proliferación de microplásticos en el cuerpo humano, varios de ellos se han enfocado en la anatomía masculina, como en los testículos. Hasta hace poco, no había evidencia directa que identificara la presencia de estos materiales en el tejido del pene, pero un grupo de científicos extrajeron muestras de seis personas y encontraron presencia de microplásticos en el 80% de las muestras. 

De acuerdo con el estudio, recientemente publicado en la revista científica “International Journal of Impotence Research”, las muestras se obtuvieron de seis individuos, quienes se sometieron a una cirugía para colocarles una prótesis de pene inflable de múltiples componentes, antes de la implantación del dispositivo. 

Las fracciones de tejido se analizaron utilizando el sistema de imágenes químicas de infrarrojo directo, con lo que, los científicos, pudieron identificar microplásticos mediante láser en el 80% de las muestras, con tamaños de entre 20 y 500 micra (µm). Además, se detectaron partículas más pequeñas de hasta 2 µm mediante un microscopio electrónico de barrido (SEM). En el estudio, se dio a conocer que el equipo, pudo identificar siete tipos de microplásticos en el tejido del pene, entre ellos tereftalato de polietileno (47.8%) y polipropileno (34.7%). 

La detección de microplásticos en los tejidos del pene plantea preguntas sobre las ramificaciones que tienen los contaminantes ambientales en la salud sexual y reproductiva de las personas. El estudio señaló que la proliferación de microplásticos representa una creciente crisis ambiental y de salud. Esto materiales, en medidas de menos de 5 mm de diámetro, se han infiltrado en ecosistemas atmosféricos, de agua dulce y terrestres, penetrando en consumibles comunes como mariscos, sal marina y bebidas embotelladas. 

Esos tamaños y superficie los hacen susceptibles a interacciones con fluidos y tejidos fisiológicos, lo que ha generado preocupación por la bioacumulación y toxicidad, ya que la exposición humana a los microplásticos se produce por ingestión, inhalación y contacto dérmico.