Un ritualista del performance y de la impresión se devela en el libro Marcos Kurtycz: Corporalidad al límite, el cual busca provocar y aventar guiños a quien explore sus páginas con la memoria de un cuantioso número de imágenes de su trabajo, con un afán de hacer pervivir la obra del artista polaco en un sentido más amplio, más allá del objeto, describió la editora Sara Schulz.
Kurtycz (Polonia,1934-Ciudad de México,1996) es uno de los artistas más cautivadores de la escena conceptualista en México. Hizo del cuerpo uno de los medios de expresión, ya sea en gran cantidad de libros de artista y en acciones en vivo.
En el texto publicado por Fauna Libros, que dirige Sara Schulz, se narra que Kurtycz realizó cientos de publicaciones y acciones de impresión que entrelazan las utopías maquinistas de la cibernética con la reflexión sobre el cuerpo, sus prótesis, vulnerabilidad y erotismo.
Llegó a la Ciudad de México en 1968 para abandonar la ingeniería y convertirse en precursor del arte de acción y una práctica basada en el conceptualismo. En su producción creativa hizo referencia al ambiente de censura que vivió durante su infancia en su natal Polonia de la posguerra, así como la situación que encontró con la masacre de Tlatelolco, y a la difícil negociación de libertad creativa en contextos donde el Estado es el principal motor cultural, señala en uno de los ensayos Mara Polgovsky.
Subraya que el polaco-mexicano es conocido principalmente como un artista del performance, pero que se trata de una percepción mutilada, porque en su trayectoria primero fue el libro, y una vez que se cruzaron ya no hubo punto de ruptura.
En entrevista, Schulz declaró: Me atrevería a decir que fue alguien que siempre estuvo en las márgenes, tanto conceptual como en el involucramiento de otras personas. No porque fuera lejano, sino porque mantenía una perspectiva que sacaba del marco lo que estaba sucediendo. El trabajo para este libro, que tomó varios años, también implicó placer en el sentido editorial al conocer la obra de Kurtycz, lo cual incluyó poder ingresar al archivo, entender cómo funcionan las piezas, sus implicaciones y alusiones. Como editora, he querido plasmar en el libro ese mismo matiz.
Apuntó que un aspecto valioso de las más de 400 páginas es el resguardo y reunión del material, que incluye fotografías, testimonios y secuencias. Es muy completo lo que tenemos. Es un libro especial porque logra reunir todos estos aspectos, no es un catálogo. No puede haber un libro tan exhaustivo con una trayectoria tan potente, pero sí se aporta apreciación sobre la obra, espero que sea el marco para que se desarrolle más investigación.
El libro nació por iniciativa de la historiadora y escritora Mara Polgovsky, quien hizo una investigación bastante acuciosa y definida con relación a las temáticas que a ella le interesan, o que ha trabajado a lo largo de su carrera, que pone énfasis en el cuerpo, la política de la estética, la performatividad y las nociones de lo vivo y lo humano, esa es su aproximación a Kurtycz.
La también cineasta escribió tres ensayos, entre ellos un diccionario crítico que agrupa algunos conceptos sobre la obra del artista y de su tiempo.
Por su parte, Ana María García Kobeh, entre su actividad artística y docente, después de la muerte de Kurtycz, en 1996, se dedicó a explorar entre la casa que compartió con el artista polaco por 17 años, para encontrar los objetos y documentos de su trabajo desarrollado en México, muchas veces artefactos que fueron parte de una vida cotidiana, otras olvidadas en una habitación en el piso superior. Las cajas de cartón se convirtieron con el tiempo en una dedicado y cuidado aprendizaje sobre la conservación. En el libro es ella quien narra estos años, que constituyen una labor de rescate y duelo.
En su texto platica la trayectoria del archivo y regala al lector descripciones de las piezas muy precisas, elaboradas, donde cuenta desde los materiales que se usaron, lo que se dijo de las acciones, qué actos llevaba a cabo, dónde fue. Es una memoria muy valiosa que también aporta el libro en relación con la obra de Marcos, dijo Schulz.
La imagen ganó terreno
Realizar Marcos Kurtycz: Corporalidad al límite fue un proyecto largo y se fue transformando mucho en su proceso de constitución. En un principio fue planteado como libro de ensayos con algunas imágenes, luego las obras fueron ganando terreno. En el resultado final, las fotografías son las que se apropiaron del papel. De unas 200 páginas engrosó hasta 450. Así que se asumió este crecimiento porque la selección de más obra fue precisamente para lograr plasmar, transmitir lo que se devela con las acciones y rituales de impresión. Se agregó un diagrama con una combinación de datos biográficos, semblanza de obra, con conceptos y relaciones entre todos ellos.
Se trató de un proceso muy cuidado de un libro de arte, en edición bilingüe en español e inglés, diseñado por Priscila Vanneuville. Implicó la suma de muchas sensibilidades, colaboraciones y apoyo. Trabajamos en cada página con mucha pasión y arduamente. Cuando la pandemia parecía hundir el proyecto por la escalada del precio del papel, se logró sacar a la luz con el respaldo de la Fundación Jumex Arte Contemporáneo, Patronato de Arte Contemporáneo y Galería Ethra, así como el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, a través de la vertiente Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales 2022.