Después de siete años de espera para su restauración, el Museo de la Caricatura (Donceles 99, Centro Histórico) inaugurará en abril su exposición permanente sobre la evolución de ese arte en el país, en las salas previamente cerradas debido a los daños causados por el terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Alrededor de ocho empleados se fueron, y desde entonces, como director del museo, soy el único empleado, y sin sueldo. Tengo que sacar la basura, lavar el baño, abrir y cerrar el museo, explicó en entrevista para La Jornada el también presidente de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, Juan Terrazas Campos.
Entre 2018 y 2019, mediante un recurso otorgado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México, se realizaron trabajos estructurales en el inmueble; sin embargo, esto no fue suficiente para restaurar la edificación, que data del siglo XVII.
En 2018, el gobierno federal comenzó a diseñar el Plan Nacional de Reconstrucción, el cual consistía en la entrega de apoyos para atender a las comunidades afectadas por los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018. Desde entonces pedimos que se hiciera la restauración, señaló Terrazas Campos, quien, en nombre de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, buscaba que el edificio del Museo de la Caricatura fuera incluido en el proyecto.
Entre abril y mayo de 2023, el inmueble del Antiguo Colegio de Cristo, actual sede del Museo de la Caricatura, resultó electo por el gobierno federal para recibir 3 millones 260 mil 581 pesos por conducto del Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, según información de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura federal.
Antes de recibir el apoyo del Plan Nacional de Reconstrucción su respuesta era que no se podía ayudar a un organismo particular; es decir, no podían otorgar dinero público a una entidad privada. Sin embargo, la sociedad de caricaturistas no es dueña del edificio, ya que sólo son usuarios del Antiguo Colegio de Cristo, pues el gobierno nos presta el inmueble.
La sociedad nació en 1975 de la mano “de los mejores caricaturistas de México, que realmente eran todos. La fundaron David Carrillo, Freyre, los históricos Magú, Helio Flores, Naranjo, Abel Quezada… es decir, todos los de esa época”.
El terremoto del 19 de septiembre de 1985 derrumbó el edificio de la calle Humboldt, en la Ciudad de México, donde se encontraba la sede de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas, señaló Terrazas.
Luego del siniestro se iniciaron pláticas con el gobierno de Miguel de la Madrid para solicitar que les ofreciera una ubicación alterna. Entonces, las autoridades expropiaron y restauraron el inmueble ubicado en Donceles 99 para otorgarlo, a modo de préstamo, a la sociedad, con la condición de que siempre fuera un recinto cultural.
Realmente el gobierno no nos cobra renta, si lo hiciera, por este lugar tendrían que ser alrededor de 40 mil pesos, algo que no podríamos pagar. Lo que sí podemos solventar son los 3 mil 500 pesos bimestrales de servicios, los cuales se pagan con donativos de los visitantes, compras de recuerdos y el apoyo de seis caricaturistas que dan 20 por ciento de cada ilustración que hacen dentro del museo.
Durante la nueva restauración fueron tapadas las dos ventanas arqueológicas del edifico. Eso se hizo para bien del inmueble, porque tenía más peso del lado derecho que del izquierdo. Con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se trabajó con la finalidad de que tuviera el mismo peso en ambos lados, para que, si se hunde, se hunda parejo, detalló el director del museo.
Además, explicó que los restos prehispánicos no quedarán en el olvido, ya que en el patio trasero del Antiguo Colegio de Cristo se encontraron basamentos muy interesantes, por lo que INAH trabaja para, en lo inmediato, abrir otras ventanas arqueológicas.
Joya colonial
Agregó que continuarán buscando apoyo del Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, con el fin de que les diga qué acciones tomar y que el edificio no se abandone. Este inmueble es patrimonio de la nación, ya que data de 1612, toda una joya de la Colonia. Tenemos que pugnar para que siempre esté en restauración y que el gobierno nunca lo suelte.
El Museo de la Caricatura rescata y resguarda la obra de todos los miembros de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y de ilustradores más antiguos, que forjaron ese arte en el país.
Tal vez hoy día se ha perdido mucho porque los periódicos han dejado de venderse. La gente descubrió que para informarse no hace falta comprar un diario, ya que lo hacen en redes sociales. Pero a las personas aún les gusta venir a ver cómo se hace una caricatura. Eso no se ha perdido, debido a que a pesar de que hay muchas aplicaciones que te caricaturizan, que una persona opine de ti mediante su trazo no puede ser sustituido por una máquina, apuntó Juan Terrazas.
Para Laura Bonilla, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México e integrante de la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica, un museo de este tipo tiene relevancia histórica para nuestro país por el peso que tuvo antes y después del porfiriato y por su poder crítico como representación de los ideales políticos de la sociedad.
“Un museo de este tema es importante porque rescatamos el valor artístico, la técnica y, sobre todo, la importancia de ver cómo era la sociedad y su cultura.
La caricatura es un documento propiamente dicho, como cualquier otro en papel, que nos permite estudiarlo como objeto en todos sus componentes, puntualizó.