Podría decirse que Julieta Fierro es una rockstar de la ciencia. Su trayectoria como astrónoma la han llevado a convertirse una de las divulgadoras científicas más importantes de México. A sus casi 76 años no pierde el asombro ni la curiosidad, quiere aprender todos los secretos del universo: cómo se forman las estrellas, cuánto viven, cómo Andrómeda y la Vía Láctea se van a fusionar, cómo se estructuran en el universo filamentario las 100 mil millones de estrellas que pueblan las 100 mil millones de galaxias.
Con enorme gracia, sentido del humor, Julieta Fierro cuenta a La Cadera de Eva sobre su vida, qué hay detrás de la investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM multipremiada que ha escrito cientos de artículos, decenas de libros de divulgación científica y en cuyo honor fue bautizada una especie de luciérnaga recién descubierta.
Es innegable que la ciencia es el amor de los amores de Julieta, pero el ballet y los bailes de salón también son dos pasiones que la hacen vibrar. De niña aprendió a bailar ballet, pero fue hasta que fungió como directora de Universum que aprendió a bailar salsa, chachachá y mambo, algo que incorporó a su labor como divulgadora científica.
“Tuve un grupo de mambo que se llamaba “Las mamberas de Minerva, y los mamberos de la tercera edad me compusieron un mambo que se llama “Y sin embargo se mueve”, en honor de Galileo. Entonces, durante el Año Internacional de la Astronomía, fui a varios lugares del país con mi grupo de mambo a dar la conferencia de Galileo, y después invitaba a la gente a bailar. Mi éxito mayor fue Minería ahí, hasta unas religiosas se pusieron a bailar mambo conmigo, fue un éxito porque hablé de Galileo y como lo había condenado, pero lo perdonaron y todo eso y si las religiosas bailaron mambo es que se podía y era divertido”
Julieta y el Tarot
Cuestionada sobre si cree en la astrología y el poder de manifestación, Julieta, siempre imprevisible y llena de sorpresas, propone un “ejercicio”, al tener su mano lastimada pide ayuda para traer una caja donde tiene guardada una baraja de tarot. «¿Quién va a ser la víctima?», pregunta, luego de comenzar a barajear las cartas.
«Tú las revolviste, es tu responsabilidad», advierte, juguetona, mientras empieza a acomodar las cartas boca abajo, diciendo: «Elementos del pasado y el futuro, sensaciones de pasado y futuro; familia, sueños, pasiones». La astrónoma se mete en el papel de pitonisa y arranca la lectura conforme son volteadas las cartas. Después de la lectura y devuelta en su rol de científica Julieta responde la pregunta:
“Yo pienso que consuela, a la gente y te voy a dar un ejemplo diferente que es el tarot. ¿Entonces, por qué estas artes mágicas sirven? Porque permiten que la gente se desahogue, que tenga esperanza que te cuenten cosas que igual no te hubieran contado nunca. Entonces yo no creo que esto nos diga la verdad, pero estoy segura que este momento a las 2 nos acercó”
“No me voy a dejar”
Julieta Fierro es una mujer resiliente y de carácter, desde que tenía siete años se prometió a ella misma que no se iba a dejar y lo ha cumplido. Dice que está decisión le ha causado problemas, pero que ha tenido una vida padre, pues uno de los privilegios que ha tenido es poder dedicarse a lo que le gusta, asegura que durante su carrera, por fortuna nunca ha sufrido algún tipo de violencia en el mundo académico, “sólo en el mundo árabe”.
Al preguntarle su opinión sobre el feminismo, la astrónoma responde que toda su vida ha luchado por las causas de la mujer y que “en sus épocas” junto con Martha Lamas y Patricia Mercado fueron con Olga Sánchez a pedirle que legalizara el aborto. Ahora está luchando por la muerte digna.
“Me parece horripilante la violencia junto a las mujeres. Me parece horripilante que no haya albergues decentes para ayudarlas. Me parece horripilante que no tengamos derechos básicos de salud, de agua, de educación. En fin, yo creo que tenemos que seguir luchando y no dar tregua para que la calidad de vida de las mujeres mexicanas sea de alta calidad y que aprendamos a pedir ayuda porque nos han hecho muy sumisas y tomar responsabilidades y no compartirlas. Entonces yo creo que la lucha tiene que seguir y no podemos dar marcha atrás”
Más allá de la científica
La ciencia es una parte fundamental de su vida, justo en la divulgación del conocimiento científico ha mostrado su carácter irreverente y desenfadado al utilizar la comedia, la actuación y el baile como un medio para hablar de ciencia. Nada más natural para quien de niña quería ser hada y tener un elefante.
“Yo quería ser hada porque tanto daño humano, y qué no quería hacer, imagínate quería un elefante y todos los años en Navidad lloraba porque no llegaba el elefante y después lloraba en el plan B, es decir, los Reyes Magos tampoco y cuando fui a la India que me dieron un premio, es importantísimo. Pensé, ahora se me va a subir un elefante, pero no, no lo logré”, contó.
Fue años después en África que Julieta pudo subirse a un elefante, pero ese no sería el único sueño que cumpliría sin varita mágica, aunque en general prefiere que sus sueños no se cumplan.