Los organizadores de la llamada «Marcha por la democracia» sostuvieron que alrededor de 700 mil personas participaron en la manifestación que se congregó en el Zócalo de la Ciudad de México para reclamar elecciones libres de la injerencia del gobierno federal.
Dicha asistencia sería el doble de la registrada para el concierto de Los Fabulosos Cadillacs –300 mil asistentes–, que tiene el récord de aforo en el Zócalo.
En contraste, la Secretaría de Gobierno de la CDMX informó a través de un comunicado que el cálculo fue de 90 mil participantes en la marcha, que tuvo un saldo blanco.
Alrededor de las 9:00 horas de este 18 de febrero comenzaron a verse en la zona centro de la CDMX grupos de personas que caminaban hacia la Plaza de la Constitución, donde Lorenzo Córdova, exconsejero presidente del INE, fue el único orador.
Las instituciones sí se tocan, pero solo para mejorarlas: Lorenzo Córdova
Para este momento, pasado el mediodía, la plancha del Zócalo albergaba a miles de personas, que acudieron con pancartas, algunas con mensajes a favor del INE, y otras en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La marcha, que fue replicada en las principales ciudades del país, fue convocada el pasado mes de enero en reclamo por la supuesta injerencia del presidente López Obrador en el proceso electoral para favorecer a Claudia Sheinbaum, hoy acreditada como candidata de Morena a la presidencia.
Guadalajara, Monterrey, Guanajuato y Querétaro fueron algunas de las decenas de ciudades donde los ciudadanos volcaron la llamada «Marea Rosa», en referencia a los colores del Instituto Nacional Electoral (INE).
Los manifestantes también aprovecharon las protestas para hablar en contra de otras características distintivas de la administración de López Obrador, incluido lo que alegan es un fracaso para frenar la violencia generalizada y los programas sociales.
«El Gobierno actual nos está llevando a la catástrofe», afirmó María de los Ángeles López. «Nos está llevando a estar cada vez peor, a estar temerosos, a no querer salir a la calle porque tenemos miedo, a que mi dinero ya no me rinda y no me alcance (…), eso es por lo que vengo yo a reclamar».