Titulares

El Zócalo, un salón de baile con la Sonora Santanera

La Sonora Santanera, que celebra 70 años de trayectoria, es patrimonio cultural vivo de la Ciudad de México. 

Su estilo único, mezcla de un sonido tropical plenamente romántico, recorrió los rincones del Zócalo capitalino para convertirlo en una sala de conciertos y en una gran pista de baile, con la complicidad de Aarón y su grupo Ilusión y Raymix, que con su cumbia, vallenato y electro-cumbia celebraron Baila con tu amor, para festejar ese día y la oficialización de la Santanera como patrimonio chilango. 

Como lo dijo un día uno de sus emblemáticos cantantes, Silvestre Mercado, la agrupación tiene una esencia ecléctica que se debía a “la intuición y sabiduría de Carlos Colorado. 

La tarde-noche de este domingo, en el contexto de un bailongo sabrosón, las autoridades de la Ciudad de México (CDMX) decidieron concretar la relación de la Santanera con su público multigeneracional, y expusieron la declaratoria oficial que dicta: el grupo creado en 1955 por el compositor tabasqueño Carlos Colorado es ahora de todos los chilangos, que de varias generaciones han bailado con éxitos como La boa, Perfume de gardenias, El ladrón, Luces de Nueva York… piezas que el domingo sonaron con aristocráticos arreglos sinfónicos, ofrecidos por ejecutantes de la Sinfónica Nacional que arroparon al combo de jóvenes dirigidos por Juan Carlos Navarrete, bajista y director musical. 

La agrupación contó con el lujo de la poderosa voz de María Fernanda, quien lució espectaculares atuendos. 

La llevamos en el ADN 

Uno de los argumentos de las autoridades para esta declaratoria es que, como señaló en días pasados el jefe de gobierno de la CDMX, Martí Batres, a la Santanera todos los chilangos la llevamos en el ADN. 

Baila con tu amor se llamó el ágape de cumbia, vallenato, electrocumbia y sonidos tropicales que celebraron este emblemático grupo, que más que un nombre, se trata de un ejercicio musical que incluye la edición de decenas de discos con éxitos, centenas de bailes y presentaciones públicas, todo un sostén de la tradición bailable en México. De hecho, la Santanera fue embajadora cultural en Alemania con motivo de la Expo Hannover 2000. 

Que nos tomen como embajadores culturales es motivo de orgullo, sobre todo para nosotros que fuimos considerados músicos arrabaleros, comentó en estas páginas Silvestre Mercado. 

Y este domingo, la gente entregó su presencia, su cuerpo y su goce a un grupo especial que, hay que comentarlo, vivió años de gloria que no fueron eclipsados por una férrea batalla legal de más de dos décadas respecto al nombre. En ese tiempo, se podía escuchar de la existencia de más de cinco Sonoras Santaneras. Al final, el pleito lo ganó Yolanda Almazán, viuda de Colorado, lo que ha motivado a los nuevos ejecutantes a preservar y difundir el legado de su fundador, con glorias como este concierto y la postulación al Grammy Latino en la categoría mejor álbum tropical tradicional. 

La agrupación, que cumplirá 70 años, fue declarada ayer patrimonio cultural vivo de la Ciudad de México.  

Y así se sintió la entrega del artista y del respetable, que sellaron una relación perenne. Parejas de adultos mayores, familias con niños y hasta perro, turistas y personajes folclóricos tradicionales del primer cuadro de la urbe gozaron con los éxitos de la emblemática agrupación. 

Los músicos, volcados en un piano, un bajo, cuatro trompetas, dos percusiones; además de cuatro voces y una frontwoman, María Fernanda (evocando a la siempre recordada Sonia López), abrieron sus almas al ente más bailarás que han tenido, el formado por miles que se unieron en el ombligo de la Luna. 

Esta presentación, parte de una cartelera con la que el gobierno capitalino impulsa la peatonalización del Circuito Plaza de la Constitución, dio banderazo a la apropiación pública del Zócalo, que ayer fue pista de baile. 

Abrieron Aarón y su Grupo Ilusión y Raymix 

Sirvieron de telón Aarón y su Grupo Ilusión y Raymix. Orgullosos representantes de Ciudad Nezahualcóyotl, los primeros expusieron un gran show con las rolas que los han colocado en el gusto del respetable. 

Aunque su género es una mezcla de cumbia colombiana vallenatera y romanticismo, se dieron el tiempo para evocar a Los Ramones y a Panteón Rococó. 

Siguió con la fiesta el ingeniero en aeronáutica por el Instituto Politénico Nacional que prefirió los beats y los güiros electrónicos para hacer bailar a la gente. El ex investigador prefirió los teoremas de guaracha tecno a los de matemáticas. 

Hablamos de Raymix, cumbiambero recomendado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que ya ha hecho duetos con cantantes pop como Paulina Rubio, que se discutió con un show prendido en el que se dio la oportunidad de subir al escenario al maestro de la cumbia sonidera Alberto Pedraza (fundador del Súper Grupo Colombia). 

Raymix comenzó haciendo música electrónica. Una vez Armin Van Buuren, reconocido diyéi y productor, llegó a tocar una rola de Ray. Luego se le ocurrió mezclar el house con la cumbia y así nació la electro-cumbia con rolas, como Oye mujer, que sonaron hasta que las luces se apagaron. Una bailarina de ballet recorrió el escenario y varios ejecutantes sinfónicos sonorizaron la entrada de El ladrón, uno de los eternos éxitos de la Santanera, la única agrupación que es arrabalera y aristócrata a la vez. 

Pero está vez, la variopinta audiencia le organizó la fiesta más grande en la historia de la Sonora Santanera.