La decisión presidencial de cancelar el proyecto del aeropuerto internacional de Texcoco (NAIM) les va a costar a los pasajeros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) 196 mil 350 millones de pesos.
La orden del presidente Andrés Manuel López Obrador de suspender la construcción del NAIM ha provocado una cadena de irregularidades que abogados expertos en derecho aeronáutico consideran violatorias de las leyes del sector, al grado de que podría fincarse una responsabilidad penal por el delito de peculado contra las autoridades ejecutoras.
El costo financiero del capricho del presidente López Obrador de cancelar el aeropuerto de Texcoco, está siendo financiado directamente por los pasajeros del AICM, que con sus Tarifas de Uso de Aeropuerto (TUA) están pagando 196 mil 350 millones de pesos de la deuda que dejó el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), concesionario gubernamental del NAIM; y también de forma indirecta por todos los mexicanos, que a través de sus impuestos, financian los recursos adicionales que se le otorgan al aeropuerto Benito Juárez para que pueda seguir operando.
El adeudo que se está pagando -con el dinero que se les cobra a los pasajeros por el uso del aeropuerto capitalino-, está configurado por un capital de 4,200 millones de dólares más intereses. Los 196 mil millones equivalen a 130 años del presupuesto programado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para el propio aeropuerto capitalino para 2024; a mil 187 millones de vacunas Covid al precio que las compró el Gobierno Federal; a 37 años de presupuesto para el Senado de la República; a 181 años de presupuesto para el INAI o a 32 años del presupuesto asignado este año a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El uso de la TUA para algo ajeno a lo establecido en el Programa Maestro de Desarrollo del AICM va en contra del propósito original de la tarifa y representa un desvío de fondos que viola la Ley de Aeropuertos y su reglamento, señalan los abogados especialistas en derecho aeronáutico, Rogelio Rodríguez Garduño y Pablo Casas Lías.
Este desvío -firmado a 30 años con los acreedores de deuda del proyecto de Texcoco- pone a los usuarios del AICM en riesgo por las malas condiciones que tiene el principal aeropuerto de México y América Latina, debido a la falta de recursos económicos para atender desperfectos y cubrir sus requerimientos operativos y de seguridad.
Alejo Botello, actual Subdirector de Finanzas del AICM, admitió en entrevista para Aristegui Noticias que le preocupa que suceda un accidente “grave” en la parte ‘Aire’ del aeropuerto (pistas, aviones, aterrizajes y despegues) por la falta de mantenimiento en sus instalaciones.
De acuerdo con la ley, el mantenimiento, modernización e inversión del AICM debería estar garantizado económicamente por la TUA, pero el uso de este ingreso para pagar la deuda causada por la decisión del presidente López Obrador, provoca que el actual Gobierno tenga que destinar recursos adicionales del Presupuesto Federal para cubrir los déficit del aeropuerto.
La cancelación del NAIM fue una de las principales consignas de Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial en 2018, pero ya como presidente electo reconoció que no estaba totalmente convencido de poner fin a la magna obra que se estaba construyendo en Texcoco.
En febrero de 2023, el presidente reveló durante un acto en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que después de su victoria en las elecciones presidenciales de 2018, solicitó a Alfonso Romo, quien sería su jefe de la Oficina de la Presidencia; a Carlos Urzúa, su primer secretario de Hacienda; y a Javier Jiménez Espriú, quien fue designado secretario de Comunicaciones y Transportes; que elaboraran un informe detallado con el fin de tomar una decisión sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM).
“Teníamos ya que resolver y les pedí que valoraran todo y se decidiera si continuábamos con el aeropuerto de Texcoco o se construía el Aeropuerto Felipe Ángeles y me entregaron el dictamen, una tarde, y los tres coincidían que había que continuar con el NAIM”, aseguró.
“No dormí esa noche porque yo no estaba convencido”, recordó. Por lo que la mañana siguiente anunció la realización de una consulta ciudadana que decidiría el futuro de una de las obras más importantes del sexenio de Enrique Peña Nieto.