El cambio climático sigue haciendo estragos y para muestra lo que le está sucediendo al A23a, el iceberg más grande del mundo ubicado en la Antártida.
El iceberg está experimentando una erosión que ha formado una serie de arcos y cuevas, que pese al bello paisaje que nos regala, es una muestra de cómo el calentamiento global sigue haciendo estragos en el planeta Tierra.
«Vimos olas de unos 3 o 4 metros de altura estrellarse contra el iceberg. Estaban creando cascadas de hielo, un estado constante de erosión», señaló a la BBC Ian Strachan, jefe de la expedición de la compañía Eyos.
Por su parte, Richard Sidey, videógrafo de Eyos, dijo que «fue dramático, pero al mismo tiempo, hermoso de fotografiar».
Este témpano de hielo colosal mide 400 metros de alto y pesa cerca de un billón de toneladas, es decir, como si fuera tres veces la ciudad de Nueva York.
El iceberg A23a y el Programa Copérnico
Gracias al «Programa Copérnico» se ha podido captar el movimiento del A23a a través del satélite Sentinel 3, desarrollado por la Agenica Espacial Europea.
Durante más de 30 años, el A23a estuvo atrapado en el mar de Weddell así como una «isla de hielo» estática, pero en los últimos meses empezó a moverse y ahora se encuentra a la deriva en la Corriente Circumpolar Antártica.
Dicha corriente es la que rodea el continente en el sentido de las agujas del reloj, también llamado el camino a «el callejón de los icebergs», la principal ruta de salida de hielo en ese continente.
Esta corriente, junto con los vientos predominantes del oeste, está empujando a A23a en dirección general a las Islas Orcadas del Sur, que están a unos 600 kilómetros al noreste de la punta de la Península Antártica.
El movimiento del A23a podría tener consecuencias, pues podría dirigirse hacia la isla Georgia del Sur, situación que pondría en riesgo la fauna de la Antártida. Podría afectar a millones de focas, pingüinos y aves marinas crían en la isla, quienes se alimentan en las aguas circundantes.
«un iceberg de estas dimensiones puede sobrevivir mucho tiempo en el océano Antártico, a pesar de que es mucho más cálido, y podría abrirse camino hacia el norte, en dirección a Sudáfrica, donde podría perturbar el tráfico marítimo», señaló Marsh.
Finalmente, el pasado viernes, el British Antarctic Survey, reportó que su barco de investigación RRS Sir David Attenborough, tuvo un encuentro cercano con A23a, situación que científicos de dicha embarcación aprovecharon para recoger muestras de agua marina.