Fuerza israelíes asaltaron uno de los últimos hospitales en funciones en el norte de Gaza y mataron al menos a 28 palestinos en una serie de ataques aéreos en el sur del territorio, al mantener el martes su ofensiva contra Hamas con apoyo renovado de Estados Unidos, pese a la creciente preocupación internacional.
En un hospital de la ciudad de Rafá, en el sur de Gaza, Mohammed Zaghroub se despidió de sus dos hijos —un niño de 2 años y una niña nacida hace dos semanas— que murieron en un ataque contra su casa antes del amanecer. Herido en el ataque, hizo una mueca cuando retiraba los sudarios para mirarles el rostro con su esposa y su madre de pie junto a su cama.
“Ella solo tenía dos semanas. Su nombre ni siquiera estaba registrado”, dijo la abuela de los menores, Suzan Zoughroub. Dirigiéndose al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu exclamó: “¿Cree que matando a estos niños logrará algo? ¿Han tenido éxito ahora? ¿Ha logrado lo que busca?”.
La ofensiva por aire y tierra, lanzada en respuesta al ataque de Hamas del 7 de octubre contra Israel, ha matado a casi 20 mil palestinos, desplazado a unos 1,9 millones de personas, arrasado con gran parte del norte de Gaza y provocado ataques contra objetivos estadounidenses e israelíes en toda la región.
Los ataques contra barcos en el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes yemeníes con apoyo iraní han hecho que grandes compañías navieras —así como la gigante energética BP— suspendan el tráfico por la crucial ruta, lo que llevó a Estados Unidos y sus aliados a emprender una nueva misión para contrarrestar la amenaza.
Luego de una reunión con autoridades israelíes el lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que proteger a los civiles palestinos era “tanto un deber moral como un imperativo estratégico” para Israel. También reiteró el apoyo de Estados Unidos a Israel en su guerra contra Hamás y reiteró que «no estoy aquí para dictar cronogramas o términos».
Sus declaraciones indican que Estados Unidos seguirá protegiendo a Israel del creciente clamor internacional en favor de un cese del fuego, antes que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrara otra votación el martes, y que Washington seguirá prestando ayuda militar para una de las guerras aéreas y terrestres más mortales del siglo XXI.
Suzan Zoughroub dijo que su familia estaba durmiendo cuando su casa fue impactada antes del amanecer.
“Nos encontramos con que toda la casa se había derrumbado sobre nosotros”. Al menos 25 personas murieron en el ataque, junto con al menos otras tres en otro incidente en Rafah, según periodistas de The Associated Press que vieron los cadáveres llegar a dos hospitales locales la madrugada del martes.
Rafá, que está en la zona sur de Gaza a donde Israel aconsejó a la población palestina que se refugiaran, ha sufrido bombardeos reiterados en los últimos días en que un gran número de civiles pierde la vida.
El ejército informó el martes que había matado a un responsable financiero de Hamás en un ataque aéreo en Rafá, sin especificar cuándo ocurrió o si había otros muertos o heridos.
También se libraron feroces batallas en el norte de Gaza, que ha quedado reducida a un páramo siete semanas después que tanques y tropas israelíes irrumpieran en la zona.
Imágenes en internet mostraron una escena de devastación después de un ataque que afectó a una organización benéfica local en el campamento de refugiados urbano de Jabaliya, con varios cadáveres desgarrados cerca de un carro tirado por burros en una calle llena de escombros y metal retorcido. Al menos 27 personas murieron en ese ataque y otros en Jabaliya el martes, según Munir al-Bursh, un funcionario del Ministerio de Salud.
La agencia humanitaria de la ONU, OCHA, indicó que al menos 62 personas murieron en ataques el domingo y el lunes que dañaron el interior del hospital Shifa de la ciudad de Gaza. Los detalles sobre las muertes no pudieron confirmarse de forma independiente porque las comunicaciones con el norte son cada vez más difíciles.
En el centro de la franja de Gaza, al menos 15 personas murieron en ataques por la noche, de acuerdo con registros hospitalarios. Entre los muertos había una madre y sus cuatro hijos, que murieron cuando estaban sentados en torno a una hoguera, según un reportero de la AP que grabó la escena posterior.