Los SoC (system-on-chip) están presentes en muchos de los dispositivos que nos rodean. Desde máquinas de vending hasta teléfonos inteligentes. Si nos ceñimos exclusivamente a esta última categoría nos encontramos productos tan conocidos como Apple silicon, Qualcomm Snapdragon o Samsung Exynos, todos basados en ARM.
ARM, como podemos ver, es la arquitectura dominante en este tipo de chip que suele integrar, CPU, GPU, memoria, controladores, sistemas de administración de energía y redes. Sin embargo, RISC-V, de la que tanto hemos hablando a lo largo de los años, sigue ganando terreno y hay quienes vislumbran un futuro prometedor.
Los últimos datos sobre la evolución de RISC-V en el mercado nos llegan de la mano de SHD Group. Desde la firma apuntan a que esta arquitectura protagonizará un crecimiento espectacular impulsado por la inteligencia artificial. En concreto, según su análisis, los envíos de componentes RISC-V crecerán a una tasa CAGR del 40%.
Ahora bien, lo que está por llegar para esta alternativa parece ser mucho mejor aún. Las estimaciones señalan que para 2030 podría mover alrededor de 100.000 millones de dólares y hacerse con el 25% del mercado de los SoC, un universo que, como hemos visto, es dominado con puño de hierro por ARM, que presume del 90% del mercado.
Puede que este escenario te lleve a preguntarte por qué algunas empresas están apostando por RISC-V, y lo cierto es que deben tener numerosas razones estratégicas para hacerlo. No obstante, podemos mencionar algunas de las que son consideradas más importantes. Por un lado, que se trata de una arquitectura abierta y libre de regalías.
Esto significa que los fabricantes de componentes no deben pagar por licencias para utilizar utilizarla en sus productos y, además, cuentan con mayor libertad a nivel de diseño que ARM. Pero lo que es una ventaja también puede ser un inconveniente: RISC-V no está tan desarrollado como sí lo están sus principales competidores.
Pero, como decimos, esto está cambiando. Recientemente nos enteramos de que Qualcomm y Google estaban preparando un chip RISC-V para Wear OS, es decir, para un reloj inteligente. Aquí, precisamente, merece la pena prestar especial atención, ya que la arquitectura aterrizaría en un producto de consumo a un nivel nunca visto hasta ahora.
Y hay más. Meta ha abrazado esta arquitectura de código abierto para algunos componentes de sus centros de datos, el EPAC pretende conquistar los supercomputadores desde Europa y, en China, ven a RISC-V como una alternativa viable para asestar un golpe a sus contrincantes en la guerra de chips. Puede que RISC-V tenga un buen futuro.