El artista catalán Antoni Tàpies quizá fue uno de los creadores españoles más internacionales de la segunda mitad del siglo XX, debido a su manera de entender las vanguardias y, en concreto, el lenguaje de la abstracción. Pero fue mucho más, por lo que en el centenario de su nacimiento, que se conmemora hoy, su fundación pretende abrir, mediante exposiciones, conferencias y estudios historiográficos, el debate sobre la verdadera dimensión de este creador, conocido, entre otras cosas, por su manera de trabajar el barro, la tierra y el cartón para incorporarlos a un lienzo deteriorado y maltrecho que lo transformaba en una creación singular.
Antoni Tàpies nació en Barcelona en el seno de una familia de políticos catalanistas o separatistas, pero con raíces ideológicas opuestas: su padre era liberal y tenía una postura anticlerical firme, mientras su madre era una católica devota y practicante. Esa aparente contradicción, como dijo el mismo Tàpies, lo llevó a buscar su propia libertad espiritual, que fue a su vez la antesala de su vocación artística.
La Fundación Tàpies, que tiene encima de su fachada en Barcelona dos de los símbolos de su obra: una nube y una silla, comenzará a partir de ahora y hasta diciembre de 2024 el Año Tàpies o, como lo llaman en catalán, Any Tàpies, en el que se presentarán una serie de exposiciones de enorme valor historiográfico y artístico, entre ellas la gran retrospectiva, cuyo curador es Manuel Borja-Villel, que ya se ha visto en Bruselas y en el Museo Reina Sofía de Madrid.
El lema de la efeméride será Tàpies vive. Vive Tàpies, cuyo propósito es reivindicar una figura que ha sido opacada a lo largo de las últimas décadas por la coincidencia en el tiempo con otras dos grandes figuras del arte y vinculadas también a Barcelona: Pablo Picasso, de quien este año se rememoraron los 50 años de su fallecimiento, y Joan Miró, el artista catalán por excelencia del siglo XX; por lo que la celebración del centenario de Tàpies pretende resaltar la vigencia del artista a nivel local e internacional.
Desde la Fundación Tàpies explicaron que el programa anual “difundirá la figura y la obra de Antoni Tàpies a escala nacional e internacional, profundizando en diversos aspectos del artista, tanto en su vertiente plástica como en su compromiso social y político. Desde un enfoque interdisciplinario y actual, la Fundación se convertirá en el centro neurálgico de la efeméride, aunque la celebración también pretende abarcar el territorio, con la voluntad de acercar la institución a la ciudadanía. Las actividades de la efeméride también permitirán conectar su figura con el siglo XXI, incorporando otras voces y la mirada de las nuevas generaciones”.
El centenario tendrá como actividades principales cuatro exposiciones: la muestra Tàpies: La huella del zen, comisariada por Núria Homs, la cual se centra en la influencia que algunos monjes japoneses de los siglos XVIII y XIX ejercieron en la obra del artista como transmisores de las enseñanzas del budismo zen. Tàpies, que vivió durante su infancia y juventud en esa dicotomía entre el anticlericalismo de su padre y el ultracatolicismo de su madre, buscó sus propias respuestas en las filosofías orientales y en el budismo con lecturas, viajes y aprendizajes vivenciales.
La segunda actividad es la exhibición A = A, B = B, curada por el artista y científico Pep Vidal, que toma a Tàpies como punto de partida para reflexionar acerca de las conexiones entre el arte y la ciencia mediante la participación de otros artistas nacidos a partir de los 80.
La tercera exposición es Sengai, en la que participará el Idemitsu Museum of Art de Tokio, que presentará pinturas y caligrafías.
Finalmente, está la exposición Antoni Tàpies: Retrospectiva, comisariada por Borja-Villel y coproducida por Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia y la Fundació Antoni Tàpies.
En el Año Tàpies también se pondrá de relieve su escritura y pensamiento con el fin de que, más allá de la obra plástica, se analicen los referentes y las afinidades del artista y el pensamiento que aportó a su época. Además, se expondrá el interés de Tàpies por la ciencia, la filosofía oriental y su compromiso social, sobre todo en su participación en la lucha antifranquista, al recordar su implicación en la creación de un sindicato universitario democrático en plena dictadura franquista, en 1966; si bien el principal objetivo de la conmemoración es situar a la figura de Tàpies como uno de los grandes creadores de la segunda mitad del siglo XX.