Casi 200 países lanzaron este miércoles un histórico llamado para efectuar «una transición» energética que permita abandonar progresivamente los combustibles fósiles.
Esta transición de las energías que han causado el calentamiento del planeta debe acelerarse «en esta década crucial», explicó el texto.
«Hemos sentado las bases para lograr un cambio transformador histórico», declaró el presidente de la conferencia, el emiratí Sultan Al Jaber, tras la aprobación de la declaración.
«Por primera vez, tenemos lenguaje sobre combustibles fósiles en una declaración», se congratuló Jaber, ante los aplausos de los ministros y responsables presentes, que negociaron un día más allá del cierre oficial de la COP28.
Ocho años después del Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático, la comunidad internacional dice que hay que prepararse para dejar atrás las fuentes de energía que le han permitido el mayor crecimiento económico de la historia.
«Por primera vez en 30 años, podríamos estar acercándonos al principio del fin de los combustibles fósiles. Estamos dando un paso muy, muy significativo» para limitar el calentamiento a 1.5°C, afirmó el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra.
De acuerdo a circunstancias nacionales
El texto señala que la comunidad internacional «reconoce la necesidad de profundas, rápidas y duraderas reducciones de gases de efecto invernadero», y para ello «pide a las partes que contribuyan» con una lista de acciones climáticas, «de acuerdo a sus circunstancias nacionales».
La primera acción es «triplicar la capacidad energética renovable» y «duplicar la eficiencia energética media» de aquí a 2030.
Luego «acelerar los esfuerzos para reducir progresivamente el carbón sin medidas de reducción», acelerar el uso de «combustibles con cero o bajas emisiones» y «efectuar una transición de los combustibles fósiles (…) de una manera justa, ordenada y equitativa».
Ello debe acelerarse «en esta década crucial para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050».
El término inglés «transition away» es ambiguo y sujeto a interpretación, reconocían expertos.
La meta es 2050, pero no deja claro que para esa fecha, clave en el calendario de la batalla climática, los países hayan abandonado totalmente su dependencia de la energía fósil.
Lo que la comunidad internacional reitera es que a mediados de siglo tiene que lograr equilibrar los gases que envía a la atmósfera con los que retiene («neto cero», o «neutralidad de carbono»).
Indignación y luego consenso
La COP28 empezó con buen pie el 30 de noviembre, cuando los países acordaron, tras apenas un año de negociaciones, un fondo de daños y pérdidas para los países más afectados por el cambio climático.
La presidencia emiratí organizó en Dubai una enorme conferencia, con más de 80.000 delegados, todo un récord.
El presidente emiratí de la reunión, Sultan Al Jaber, que a su vez es dirige la compañía petrolera de su país, buscaba «un acuerdo histórico», pero su primer borrador suscitó indignación: apenas invitaba a los países a que consideraran «reducir el consumo y producción de combustibles fósiles».
Y ello como parte de un abanico de posibilidades.
Durante dos días consecutivos, los negociadores de casi 200 países protagonizaron un forcejeo diplomático, habitual en las Conferencias de Partes de la ONU (COP), en las que todo debe decidirse por consenso.
El texto representa un «paso adelante» pero «no suministra el equilibrio necesario para reforzar la acción mundial», reaccionó la Alianza de los pequeños Estados Insulares (Aosis por sus siglas en inglés) en un comunicado.
Pero el tono general, en una asamblea cansada tras horas de negociaciones y reuniones, era de satisfacción.
Promesas incumplidas
A pesar de todas las promesas, el mundo aumenta invariablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero, y los expertos advierten que, de aquí a 2030, los compromisos de reducciones propuestos en Dubái solo representarán una tercera parte del sacrificio necesario.
El planeta vivió en 2023 su año más caluroso desde que se tienen registros, aseguran los climatólogos.