El cambio climático está empeorando la crisis de biodiversidad del planeta, al hacer que el medio ambiente sea más mortal para miles de especies y acelerando la disminución del número de plantas y animales en la Tierra, según una organización internacional que sigue de cerca la salud de las especies.
Salmones y tortugas son algunas de las especies que experimentan un declive a medida que el planeta se calienta.
El salmón del Atlántico aún no está en peligro de extinción, pero su población se redujo en casi una cuarta parte entre 2006 y 2020, dijo el lunes la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Ahora se considera casi amenazado. Vive en menos lugares y enfrenta peligros creados por el hombre, como represas y contaminación del agua. Según el grupo, el cambio climático está haciendo que sea más difícil para estos peces encontrar alimento y más fácil para las especies exóticas competir con ellos.
La noticia se anunció el lunes en la COP28, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima que se lleva a cabo en los Emiratos Árabes Unidos. Los líderes de la UICN actualizaron su Lista Roja de Especies Amenazadas. Fueron principalmente malas noticias. La lista incluye información sobre 157 mil especies, unas 7 mil más que la actualización del año pasado.
La UICN dijo que poco más de 44 mil especies están amenazadas con la extinción, unas dos mil más que el año pasado.
«Las especies de todo el mundo están sometidas a una enorme presión. No importa a dónde se mire, el número de especies amenazadas está subiendo», dijo Craig Hilton-Taylor, director de la unidad de Lista Roja en la UICN.
El cambio climático está empeorando las condiciones para unas 6 mil 700 especies amenazadas con extinción.
La tortuga verde del Pacífico Sur Central y del Pacífico Oriental corre un mayor riesgo debido al cambio climático. Cada vez nacen menos tortugas porque la subida del nivel del mar inunda los nidos. El calentamiento de las aguas puede dañar las praderas marinas donde se alimenta.
La actualización incluye la primera evaluación general de la salud de las especies de peces de agua dulce. Una cuarta parte de las especies, poco más de tres mil, enfrentan peligro de extinción. A medida que el cambio climático sube el nivel del mar, el agua salada se desplaza más río arriba. Y estas especies ya se enfrentan a enormes amenazas por la contaminación y la sobrepesca, según la UICN.
Las ranas, salamandras y otros anfibios son los que más sufren. Alrededor del 41% de esas especies están amenazadas.
«Son cautivos del clima debido al aumento de las temperaturas, la sequía… pase lo que pase, los anfibios no pueden alejarse del peligro y se ven directamente afectados por el cambio climático», afirmó Vivek Menon, vicepresidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN.
Sin embargo, hay buenas noticias. Dos especies de antílopes están mejor, aunque aún tienen un largo camino que recorrer para que se estabilice su supervivencia a largo plazo. Por ejemplo, el órice de cuernos en cimitarra, un animal de color claro y cuernos curvos, había sido catalogado anteriormente como extinto en estado silvestre, pero ahora está en peligro de extinción. La caza furtiva, la sequía y los accidentes de tráfico contribuyeron a eliminar la especie a principios de siglo. Pero los recientes esfuerzos por reintroducir la especie en Chad han ayudado y ahora hay al menos 140 adultos y más del doble de crías en una gran reserva natural.
La directora general de la UICN, Grethel Aguilar, dijo que está claro que los humanos necesitan actuar para proteger la biodiversidad y que, cuando la conservación se hace de manera correcta, funciona. Aguilar afirmó que , para combatir la amenaza que supone el cambio climático, es necesario eliminar progresivamente los combustibles fósiles, un tema polémico en las negociaciones de la COP28 de este año.
«La naturaleza está aquí para ayudarnos, así que hay que devolverle esa ayuda», comentó.