La Dra. Cathy Harper-Hogan nunca pierde la oportunidad en las reuniones familiares de insistir sobre la importancia de la salud.
«Tengo un público cautivo, y qué mejor manera de educarlos que tomarles la presión arterial, mostrarles la escala de lo que se considera una buena y una mala presión arterial, y luego hablarles en términos de: ‘Bueno, ¿cómo podemos mejorar esto? Y si no tienes un médico de cabecera, ¿qué se puede hacer?’».
Harper-Hogan, de 64 años, es directora médica de Macon Occupational Medicine en Macon, Georgia, y viene de una familia numerosa que ha incorporado la salud a sus reuniones y a su red familiar extendida. Por ejemplo, además de controlar la presión sanguínea y pedirles a sus familiares que midan sus niveles de glucosa, Harper-Hogan organizó una caminata familiar de 5 kilómetros como parte de la reunión.
Sus esfuerzos de los últimos 20 años han dado frutos, dice. «Mi familia ha tomado un poco más de conciencia sobre la salud», señala.
Compartir información sobre la salud
Las reuniones y los encuentros familiares son oportunidades perfectas no solo para fomentar hábitos saludables, sino también para compartir información sobre la salud, dicen los expertos.
Documentar esa historia compartida es un regalo para las generaciones más jóvenes, dice Laura Koehly, investigadora principal del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, de los Institutos Nacionales de la Salud. Su investigación se centra en el modo en que las familias afrontan las enfermedades hereditarias, incluidos el diagnóstico, los cuidados, el apoyo y la prevención.
«Los antecedentes de salud de un individuo determinan su atención clínica», dice. Eso podría significar que alguien con fuertes antecedentes familiares de cáncer se someta a pruebas de detección con más frecuencia o a una edad más temprana. Anima a los miembros de la familia a mantenerse en contacto por cuestiones de salud, aunque ya no vivan cerca, y los inspira a trabajar en la prevención y a tender un puente entre las generaciones a medida que se recopila o comparte información, dice.
Una forma de empezar es con la herramienta gratuita en línea My Family Health Portrait (en inglés), creada por el cirujano general de EE.UU. El formulario puede descargarse, compartirse con otros miembros de la familia y actualizarse cada vez que haya nueva información de salud. Koehly sugiere designar a un encargado familiar para que la mantenga al día. Su instituto está trabajando en más herramientas para capacitar a las familias sobre cómo recopilar y documentar información de salud.
También hay otros recursos. El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, que también forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, publica una guía que se puede descargar gratuitamente: Family Reunion Kidney Health Guide (en inglés), con consejos sobre la salud renal y su relación con la diabetes, la hipertensión, la genética y las condiciones de vida. La guía explica cómo presentar un taller de 15 minutos sobre la salud de los riñones y cómo hablar con cada uno de los miembros de la familia que pueden estar en riesgo de padecer una enfermedad renal. La Fundación Nacional del Riñón tiene un cuestionario de un minuto sobre enfermedades renales que lleva a los encuestados a más información y recursos.
«Las reuniones familiares son una oportunidad para abordar la historia familiar y hablar de los antecedentes genéticos, y para pensar en la salud e incorporar actividad física [y] comida saludable a la reunión», dice el Dr. Joseph Vassalotti, jefe médico de la Fundación Nacional del Riñón. «Puede ser una buena oportunidad para que las personas y sus familias hablen de comportamientos saludables y se relacionen con médicos en los que confían».
Compartir los antecedentes de salud es importante, dice, para identificar los riesgos de enfermedad renal, como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad. Además, es necesario informar a los miembros de la familia si hay antecedentes de insuficiencia renal o necesidad de un trasplante de riñón.
¿Cómo aprovechar las reuniones familiares para fomentar hábitos saludables y compartir información sobre la salud? Aquí tienes cinco sugerencias:
1. Hacer que la salud sea algo divertido
Cuando la familia extendida de Harper-Hogan hizo un crucero hace unos años, planearon retos de acondicionamiento físico y alimentación saludable que animaban a los participantes a ponerse en movimiento o a no comer postres. Algunos miembros de la familia organizaron y asistieron a un campamento de entrenamiento físico durante varios años. «Lo que más me impresiona de la familia de mi esposo es que han continuado, hasta virtualmente durante la pandemia de COVID», dice. Koehly, que vive en Washington D.C., y su hermana en California caminan «juntas» mientras charlan por teléfono tres veces por semana.
2. Designar mentores de salud y establecer contactos
La guía de los NIH sobre la salud de los riñones sugiere que cada miembro de la familia tenga un «compañero» de salud, para que los dos puedan estar en contacto regularmente sobre el estado del otro, y ofrecer apoyo y motivación. Considera quién sería más eficaz como mentor de salud, dice Koehly. «Quizá con la generación más joven se trate de identificar a las personas de la familia que de verdad desempeñan un papel destacado y significativo en sus vidas», dice. «Tal vez mi tío es más importante para mi hermano, pero mi tía lo es más para mí».
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3. Hablar de la salud cuando las personas están sanas
Si consigues normalizar las conversaciones sobre la salud de tu familia, será más fácil hablar cuando pases por una crisis de salud y necesites que alguien te apoye, dice Koehly. «Cuanto más hables del tema, más fácil será utilizar esos recursos más adelante, cuando los necesites», dice.
4. Hacer que sea algo personal
La Fundación Nacional del Riñón trata de que las personas participen y se capaciten mediante relatos personales sobre la enfermedad renal, dice Vassalotti. Puedes adoptar una estrategia parecida con tu propia familia; quizás puedas hacer que la salud sea un hilo más de las historias familiares. También es necesario entender a nivel personal por qué es importante mantener una buena salud y compartir la información, dice Harper-Hogan. Ella le dice a su familia: «Si tienes nietos, tu objetivo en la vida es vivir hasta que tu nieto más joven salga de la escuela secundaria. Por eso hoy estoy aquí hablándote de la presión arterial».
5. Crear una red familiar para fomentar una vida sana
Además de los factores físicos, los riesgos de padecer una enfermedad renal (y otras enfermedades) incluyen también determinantes sociales de la salud, como el transporte a las citas médicas, el acceso a tiendas que vendan alimentos saludables y la disponibilidad de oportunidades para hacer ejercicio físico, dice Vassalotti. Y como algunas personas pueden desconfiar de los profesionales de la salud, aconseja que recurras a los expertos de tu propia familia para que te proporcionen conexiones o consejos de confianza. Considera también la posibilidad de crear un sistema para ayudar a los familiares con las compras, el transporte u otras cuestiones de la vida diaria que podrían poner en riesgo a los miembros de la familia.
Susan Moeller colabora con artículos sobre estilo de vida, salud, finanzas y temas de interés humano. Fue reportera y editora de varios periódicos; también escribe artículos y ensayos para The Boston Globe Magazine y para su estación local de NPR, entre otros medios.