Titulares

Atención, marcada por autoridades lentas y omisas

La lentitud con la que han actuado las autoridades y el acaparamiento de la ayuda ha ocasionado que el puerto aún viva entre la escasez, la falta de servicios y con riesgos sanitarios latentes, además del drama que representa la ausencia de los tripulantes que esa noche desaparecieron. 

Desde el inicio de la contingencia, la actuación oficial ha sido lenta y en muchos casos, omisa. En las primeras horas todo fue caos, desolación y ausencia de alguno de los tres niveles de gobierno. Incluso, desde antes del impacto, las autoridades actuaron de forma tímida ante el arribo del huracán. 

El testimonio recurrente entre los damnificados es que no recibieron una alerta oportuna y, sobre todo, que dimensionara la fuerza del huracán. 

“Cuando fue el huracán Paulina [categoría cuatro] hasta nos vinieron a sacar los del Ejército, ahora nadie nos vino a decir de qué magnitud iba a ser”, contó una vecina de Pie de la Cuesta. 

El gobierno estatal justifica que avisó en sus redes sociales. Las autoridades dieron por hecho que una publicación fue suficiente para advertir a la población. 

El retiro de los desechos de las calles se ha convertido en una labor interminable. De acuerdo con la alcaldesa de Acapulco, la morenista Abelina López Rodríguez, el huracán Otis generó unas 600 toneladas de basura. 

“Si partimos que, según el Inegi, en Acapulco hay 200 mil viviendas y cada vivienda haya generado tres metros cúbicos, eso estamos hablando de 600 mil metros cúbicos de basura, eso no está previsto, eso significa [basura] de dos años de la administración”, afirmó. 

De acuerdo con trabajadores del ayuntamiento, el gobierno municipal cuenta con unos 80 camiones recolectores de basura, pero no todos funcionan. Así que ahora, ha dicho la alcaldesa, está “gestionando” que al puerto lleguen unos 500 camiones para levantar los desechos. 

A un mes, la alcaldesa no ha logrado su objetivo. Este viernes informó que en la recolección de basura ha invertido 36 millones de pesos en la renta de 10 camiones compactadores y 150 camiones de carga que han recolectado más de 114 mil toneladas de basura, apenas 45% del total. 

Especialistas han alertado de problemas de enfermedades gastrointestinales, dengue e infecciones en la piel. En este contexto, la Secretaría de Salud en Guerrero no ha declarado emergencia sanitaria ante los riesgos de una ola de enfermedades, pese a que diputados de fracciones parlamentarias opositoras al partido del gobierno estatal han insistido en medidas de prevención y combate. 

En la ayuda humanitaria también hay lentitud. Hay poblados donde la ayuda oficial no ha llegado. Por ejemplo, las 47 comunidades que integran los Bienes Comunales de Cacahuatepec sólo recibieron ayuda de organizaciones sociales que les donaron maíz, su alimento básico, como denunció su vocero, Marco Suástegui. 

También hay lentitud en el rescate y búsqueda de por lo menos 30 personas que fueron sepultadas por un alud de tierra y las desaparecidas en el mar. 

Familiares de los tripulantes que cuidaban las embarcaciones han denunciado que ni la Fiscalía General del Estado (FGE) ni la Marina están buscando a sus parientes con la intensidad que se requiere. La búsqueda de los tripulantes no sólo ha sido insuficiente, sino que comenzó tarde. 

La fiscal informó que comenzaron con los trabajos casi dos semanas después, pues no podían mover las embarcaciones sin que las aseguradoras lo autorizaran. 

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