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Hamas libera a primer grupo de rehenes

Hamas liberó este viernes al primer grupo de rehenes bajo un acuerdo de cese al fuego que comenzó el viernes, incluidos 13 israelíes que han estado detenidos en la franja de Gaza desde que el grupo militante realizó una redada contra Israel hace casi siete semanas, según funcionarios e informes de prensa. 

Dos fuentes cercanas al movimiento de resistencia islámica afirmaron que un grupo de rehenes capturados durante el ataque del 7 de octubre en Israel fueron entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para regresar Israel a través de Egipto. 

Según la Autoridad de Radiodifusión de Israel, citada por la cadena qatarí Al Jazeera, los cautivos israelíes liberados se están reuniendo actualmente con representantes de la agencia de inteligencia nacional israelí Shin Bet en el lado egipcio del cruce de Rafah. 

Además, 12 ciudadanos tailandeses fueron liberados, según el primer ministro tailandés, Srettha Thavisin. Un funcionario israelí confirmó que los cautivos tailandeses salieron de Gaza y se dirigían a un hospital en Israel. La funcionaria habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a discutir las publicaciones con los medios. 

En total, se esperaba que 50 cautivos fueran liberados durante una tregua de cuatro días. No estaba claro si los rehenes tailandeses estaban incluidos en eso. 

Una tregua de cuatro días en la guerra entre Israel y Hamas comenzó el viernes y permitió la entrada de ayuda a Gaza, además de preparar el escenario para la liberación de docenas de rehenes retenidos por insurgentes en el enclave a cambio de palestinos encarcelados en Israel. 

En las primeras horas desde el inicio del alto el fuego temporal no se reportaron combates. La medida ofrece cierto alivio para los más de 2.3 millones de residentes en el sitiado territorio, que han soportado semanas de bombardeos y la escasez de productos básicos, además de para las familias israelíes que temen por el destino de sus seres queridos capturados durante la incursión de Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra. 

El acuerdo avivó la esperanza de poner fin a una guerra que ha arrasado amplias zonas de Gaza, alimentó un repunte de la violencia en la Cisjordania ocupada y despertó el temor a un conflicto más amplio en todo Oriente Medio. Pero Israel rechazó las especulaciones y afirmó que reanudará su masiva ofensiva una vez finalice la tregua. 

Poco después de su entrada en vigor, cuatro camiones cisterna con combustible y otros tantos con gas para cocinar entraron en Gaza a través de la frontera con Egipto, dijo Israel. 

Israel acordó permitir el reparto de 130 mil litros (34 mil 300 galones) de combustible al día mientras dure el alto el fuego, que cubren apenas una pequeña parte de las necesidades diarias en la franja, estimadas en más de un millón de litros (264 mil galones). 

Durante la mayor parte de las últimas siete semanas, desde el inicio de la guerra, Israel vetó la entrada de cualquier tipo de combustible al enclave alegando que Hamas lo utilizaría con fines militares, aunque sí autorizó la llegada de pequeñas cantidades puntuales. 

Las agencias de ayuda de Naciones Unidas rechazaron estas afirmaciones e indicaron que el reparto estaba muy vigilado y que se necesitaba de forma urgente para evitar una catástrofe humanitaria ya que el combustible alimenta los generadores que mantienen las plantas de tratamiento de agua, los hospitales y otra infraestructura crítica. 

El ejército israelí lanzó octavillas sobre el sur del territorio en las que advirtió a los cientos de miles de palestinos desplazados que se refugian allí que no intenten regresar a sus casas en la mitad norte del enclave, donde se centra su ofensiva terrestre. 

Pese a los avisos, se pudo ver a algunos palestinos caminando hacia el norte por la principal carretera del enclave. Dos personas murieron por los disparos de las tropas israelíes y otras 11 resultaron heridas. 

Un reportero de The Associated Press vio los dos cadáveres y a los heridos cuando llegaron al hospital de Deir al-Balah. Sofian Abu Amer, que huyó de la Ciudad de Gaza, contó que decidió arriesgarse a emprender el camino al norte para ver cómo estaba su casa. 

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