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Festival de La Habana, ventana al cine latinoamericano

En una antigua casona de El Vedado desde hace años se asienta la Casa del Festival de Cine Latinoamericano, donde suena ya por estos días esa música inmortalizada José María Vitier que se repite cada diciembre habanero. 

En la Casa todos están en acción desde hace meses. El Festival de cine se acerca con nuevas novedades a bordo y al frente de ese gran grupo compacto que trabaja en las oficinas desde antaño está hoy una mujer con larga data en la industria. 

Tania Delgado Fernández, quien se estrena en la cita, del 8 al 17 de diciembre venideros, lleva la responsabilidad de un encuentro devenido entre los sucesos culturales más importantes del país y vitrina del cine latinoamericano desde hace más de cuatro décadas. 

Delgado recibió a Prensa Latina en la Casa del Festival, que en esta 44 edición estará marcado por varias novedades, la participación de prestigiosas figuras, entre ellas la mexicana María Novaro y un rico evento teórico. 

A eso se añaden varios homenajes como el dedicado al español Luis Buñuel en el 40 aniversario de su deceso, otro por los 30 años del estreno de la película cubana Fresa y Chocolate (nominada al Oscar), y a Juan Padrón, el padre de la animación en esta isla caribeña. 

-¿Por primera vez las riendas del Festival la asume una mujer con larga data en el Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficos. ¿Cómo ha asumido esta responsabilidad? 

-No es una cuestión de ser la primera mujer, sino una responsabilidad ante la historia de un evento tan importante como el festival, de tan alto prestigio, resultado del trabajo y la impronta de aquellos que me precedieron. 

Cuando pensamos en este evento traemos a la memoria ineludiblemente a Alfredo Guevara, Julio García Espinosa, Pastor Vega, y a Iván Giroud, y también a aquellos de los que no se habla, los que trabajan en el Festival y que son parte esencial de éste, haciéndolo posible cada año. 

En el Festival sus trabajadores, especialistas, técnicos tienen un sentido de pertenencia muy arraigado, muchos de ellos llevan años en su organización. 

Por eso lo asumo con la responsabilidad que impone este evento, desde la seriedad y profesionalidad con la que tienes que llegar a este lugar y responder ante todas esas personas que están aquí hace tanto tiempo. 

-Llega una nueva edición, la número 44. ¿Qué novedades la distinguirán? 

-Más allá de la programación, que es el corazón del festival, este evento tiene un espacio teórico que este año pondrá su atención a la animación con un Foro que lleva el nombre Juan Padrón in memoriam, dedicado a ese referente del género en Cuba y en la región. Igualmente tendremos un espacio enfocado a los retos en el audiovisual en la era digital. 

Se trata de un taller que se organiza desde la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, de conjunto con la Televisión Cubana y que este año se suma el Festival acogiendo tan importante espacio teórico. 

Otro de los momentos dentro del marco del festival será un panel sobre género y diversidad, enfocado en el entorno audiovisual, en donde contaremos con un panel de lujo con varias figuras como María Novaro, presidenta del Instituto de Cine de México y destacada directora y productora. 

También estarán representantes de la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica (CAACI), UNFP y otros invitados. Este panel está auspiciado por el Fondo de Población de Naciones Unidas y el proyecto Palomas. 

Caracterizado por un espacio de pensamiento, entre los platos fuertes del programa teórico no faltarán temas como “¿Identidad cultural vs globalización?”, donde estarán intelectuales de alto prestigio nacional e internacional. Se trata de un seminario de dos días en la Casa del Festival. 

Otras son las sorpresas, solo decir que estamos a tope, a las puertas de la cita. Este año contaremos con una selección de muy alta calidad, como tenemos acostumbrado al público y esperamos que lo disfrute mucho como siempre. 

-En medio del contexto actual, el festival sigue adelante. ¿Cómo se ha fortalecido tras el paso de la pandemia y cómo se recupera? 

-La pandemia no solo afectó al cine, sino al mundo. Tenemos una gran crisis mundial y Cuba no es la excepción. Esta cita no fuera posible sin el apoyo incondicional de nuestro gobierno a través de nuestras instituciones culturales. 

Todos apostamos por este festival como una ventana no solo hacia Latinoamérica, que es su razón de ser, sino al mundo en general. 

El año pasado se abrió un poco más la convocatoria teniendo en cuenta los años de pandemia y en esta edición volvimos a las condiciones de presentación tradicionales, y pensamos que íbamos a bajar en cuanto a cantidad de películas y no fue así. 

Estamos en el orden de poco menos de los mil 800 títulos inscritos, eso indica que el festival sigue siendo un referente dentro de la región. Se ha hecho un gran esfuerzo por contar con salas de cine con una tecnología de alto estándar, tal como corresponde a los festivales internacionales de cine. 

Tendremos en esta ocasión cinco salas de cine por lo que hemos reducido un poco la programación. Hemos tenido que ajustarnos a una realidad con un esfuerzo increíble para sacar adelante el festival por su importancia en la cultura cubana y latinoamericana. 

-El público cubano siguen apostando por el festival, que no ha perdido su esencia. ¿A que le atribuye esto? 

-Creo que se debe a ese trabajo tan exhaustivo, serio y profesional que tradicionalmente han realizado aquellos que conforman la programación del festival. Pensando en los gustos del público, en la realidad cubana y latinoamericana. 

Este es el momento en el cual los cubanos podemos ver lo más reciente del cine latinoamericano y universal, es un momento cultural y también de fiesta. El festival tiene esa magia de aglutinar público, que se lo ha ganado a lo largo de todos estos años. No obstante, organizarlo es un reto. 

-¿Cómo ve usted el cine latinoamericano actual? 

-Con muy buena salud. Con el paso del tiempo el cine de la región ha logrado posicionarse en mejores lugares. 

Hoy hay muchos festivales internacionales que a diferencia de hace 50 años atrás no existían y tienen una mirada hacia la región, porque es muy rica en su cultura, muy heterogénea y eso es lo que nos hace una región atractiva en términos culturales y creativos. 

A eso se añade proyectos cómo la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños, en Cuba, resultado de más de 30 años, referente formativo de la región. 

El festival de cine de La Habana también ha servido como plataforma de encuentro y protección a esa cultura e identidad que desde lo heterogéneo nos hace similares. El cine latinoamericano sin perder su idiosincrasia se hace fuerte cada día. 

-Usted ha tenido un importante papel dentro del sector Industria. En el marco de esta 44 edición, Ibermedia también estará con un preponderante rol. ¿Puede referirse a esto? 

-Ibermedia se creó en el marco del Festival de La Habana, hace ya 25 años. Cuba es miembro desde sus inicios. Mantenemos una relación muy especial. La cantidad de títulos beneficiados por ese fondo y que se han exhibido en este certamen suman de 100. 

Ha jugado un papel fundamental en la posibilidad de los países iberoamericanos de trabajar de conjunto, sacar proyectos de muy alta calidad, de visibilizar ese cine. 

Creo que fue el impulso que necesitaba la región para el desarrollo de la cinematografía más allá de lo que hasta ese momento existía y juega un papel preponderante en la región. 

-El año próximo el festival llega a su 45 edición, constituido como uno de los eventos culturales más importante dentro y fuera de la isla. ¿Cuáles son los retos por delante para el cine latinoamericano? 

-Uno de los grandes retos es la distribución de las películas. Hasta el momento hemos sido capaces de encontrar caminos para la producción, pues cada vez más se entiende lo importante que es el fomento de la cinematografía nacional y regional. 

En cambio, la distribución sigue siendo un pendiente. Queremos para la próxima edición, y ya hemos empezado a trabajar en ello, lograr que el Festival sirva como espacio no solo de pensamiento, sino de puente, de vía para que el cine de la región encuentre caminos. 

Otro reto es que se mantenga vivo y con buena salud. En un mundo tan convulso, con realidades que no parecen ciertas después de tantos siglos buscando una mejor humanidad, como lo que sucede hoy en la Franja de Gaza, un evento como este tampoco puede estar de espaldas a esas realidades. 

Al final el cine es eso, la muestra de nuestras realidades más o menos ficcionadas, pero lo cierto es que es nuestra realidad desde la perspectiva de cada realizador y ese el reto mayor: 

Contar con el Festival, con su historia y ese nivel que siempre ha tenido, y mantener el objetivo principal que es por y para la cinematografía latinoamericana y con él la cultura y la visión latinoamericanista. 

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