El Fondo Monetario Internacional (FMI) renovó por décima ocasión la línea de crédito flexible (LCF) a la que tiene acceso México, pero redujo su monto, a solicitud del gobierno central. El instrumento que permite fortalecer las reservas internacionales del país y atender choques frente a una crisis pasó del equivalente a 50 mil millones de dólares a 35 mil millones de dólares.
México califica para la LCF en virtud de sus sólidos fundamentos económicos, marcos de políticas institucionales y su historial de desempeño macroeconómico, expuso el organismo. La Comisión de Cambios, integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México, informó que continuará con la estrategia de revisar el nivel de acceso al cabo de un año, con base en el análisis de los riesgos externos que enfrente la economía mexicana en ese momento.
La línea de crédito flexible se extiende a países que, de acuerdo con el FMI, cuentan con marcos de políticas y antecedentes de desempeño económico muy sólidos. Es un instrumento de carácter precautorio que refuerza la reserva de activos internacionales y complementa así las herramientas de las autoridades mexicanas para enfrentar condiciones externas adversas y preservar la estabilidad económica y financiera, enfatizó en un comunicado la Comisión de Cambios.
Tras el debate sobre México, Gita Gopinath, directora gerente adjunta y presidenta interina del FMI, aseguró que la economía mexicana se encuentra en medio de una expansión amplia, con un consumo y una inversión privados sólidos. Las políticas macroeconómicas y los marcos de políticas institucionales de México siguen siendo muy sólidos, con un régimen cambiario flexible, un marco creíble de metas de inflación, una ley de responsabilidad fiscal y un sector financiero bien regulado.
Así que el país cumple con todos los criterios para que se renueve su acceso a la LCF, expuso Gopinath. Las políticas de las autoridades han seguido siendo prudentes; en el ámbito monetario se han centrado en contener las presiones inflacionarias, mientras en el fiscal han mantenido bajo control la deuda pública. No obstante, es necesario hacer reformas para abordar el combate al cambio climático, fortalecer el marco antilavado de dinero y combate al terrorismo, la corrupción y mejorar el mercado laboral, enfatizó.
Gopinath explicó que el país sigue expuesto a elevados riesgos externos, aunque menores que en años anteriores. Las próximas elecciones en México y Estados Unidos podrían exacerbar aún más la incertidumbre, por lo que la línea de crédito flexible ofrece un papel importante en el apoyo a la estrategia macroeconómica de las autoridades y proporcionará un seguro contra riesgos de cola al tiempo que refuerza la confianza del mercado.
La aprobación del nuevo acuerdo, que sustituye el del 19 de noviembre de 2021 y extiende la LCF para México por dos años, es por 26 mil 738 millones de derechos especiales de giro (DEG) –el activo de reserva del FMI–, los cuales equivalen a 35 mil millones de dólares. Desde 2009 México tiene acceso a la LCF, pero en los últimos años ha ido reduciendo gradualmente el monto que puede canjear en caso de emergencia.
En América Latina, también Chile, Perú y Colombia cuentan con acceso a una línea de crédito flexible, pero por el equivalente a 18 mil 500 millones; 5 mil 300 millones y 9 mil 800 millones de dólares, respectivamente.