Buscamos el cambio, pero nos resistimos a lograrlo, ¿te has preguntado por qué? Para entender cómo emprender transformaciones importantes en nuestra vida y hacer que éstas sean positivas, entrevistamos a Walter Riso.
Cuando se trata de transformar nuestra vida, lo más difícil es aceptar que cambiar duele. ¿Y qué es lo que más nos causa dolor para cambiar? Las creencias, sobre todo las que tenemos de nosotros mismos, pues solemos autoconfirmar lo que creemos ser, creando un «yo» que defendemos a toda costa.
Con esa mentalidad podemos hacer reformas, una que otra modificación interna. Sin embargo, lo que requerimos es una revolución interior, es decir, mirarnos a nosotros mismos sin anestesia y cambiar de verdad, transformarnos radicalmente y hacer, incluso, una mutación, cuando descubrimos que no somos lo que creemos ser.
Al plantear por qué nos resistimos al cambio, el psicólogo y escritor Walter Riso reconoce que las mujeres le llevan mucha ventaja a los hombres. “Considero que ellas ya están en un proceso mayor de reestructuración y empoderamiento de su posición en la sociedad, y tienen más inteligencia emocional que nosotros los hombres. Por ejemplo, las mujeres solicitan con más frecuencia cita con el terapeuta que los hombres, en busca más de cura que de alivio. Ellas saben que cualquier transformación es dolorosa y que hay un sufrimiento inevitable. En cambio los hombres, cuando llegan a la cita, no lo hacen tocando a la puerta, sino arrastrándose como amibas por debajo de ella. Los hombres no tienen esa actitud preventiva con respecto a su salud que sí tienen las mujeres”.
Entre los planteamientos para lograr hacer cambios en nuestras vidas, procurando ser nosotros mismos, Walter Riso destaca la recuperación del ‘yo’, es decir, volver a pensar en nosotros mismos. Al respecto, explica que “al recuperar el ‘yo’, las metas de hombres y mujeres son las mismas, pero los procesos son distintos, por la incapacidad del hombre para reconocer su lado machista, que le impide expresar sus emociones y lo obliga a hacer la guerra, en vez de procurar la paz, debido a ese carácter guerrero mal concebido”.
En tanto, para las mujeres “la recuperación del ‘yo’implica independizarse de toda la estructura patriarcal en la que han estado inmersas y ser autónomas emocionalmente. Y cuando hablamos de recuperar el ‘yo’, nos referimos al autogobierno, la autonomía y la autodeterminación; el ser el último juez de nuestra propia conducta y romper radicalmente con todos esos patrones que nos inhiben y nos impiden recuperar el ‘yo’. En ese camino, las mujeres están más adelantadas que nosotros los hombres, pues ellas ya deconstruyeron su feminidad y nosotros necesitamos desaprender más que ellas, deconstruyendo nuestra masculinidad, es decir, deshaciéndola para construir una nueva masculinidad”, considera el autor de Atrévete a ser quien eres (Planeta, México, 2022).
“Cuando se habla de la recuperación del ‘yo’, se trata de equilibrar el ‘yo’ real y el ‘yo’ ideal, de trabajar en la autorrealización y en la autobiografía, de pensar en uno mismo dentro del contexto histórico y rescatar los valores y principios propios, reconociéndose como una persona digna”. En otras palabras, estamos viviendo una época en la cual estamos viendo un giro copernicano, es decir, un cambio radical y total de la mujer. Pero, también los hombres deben darlo, obviamente, reconociendo sus propias debilidades, como el inicio del crecimiento y desarrollo de la libre personalidad, tal como lo plantea Walter Riso.
La belleza es una actitud. Si tú te sientes bella, lo eres. Si tú te sientes fea, vas a hablar como fea, caminar como fea.
Otro de los planteamientos del doctor Walter Riso para nuestra transformación es que no debemos ser como la mayoría, sino defender y reafirmar nuestra singularidad. Para ello, el autor de Enamórate de ti propone a la mujer “desprenderse de la multitud, de la tribu, de la colmena que pretende uniformarla. Ella debe inventar su propia belleza y moda. ¿Quién le dio autoridad a alguien para decir que algo es bello o no es bello? Es absurdo. La belleza es una actitud. Si tú te sientes bella, lo eres. Si tú te sientes fea, vas a hablar como fea, caminar como fea. De hecho, hay personas muy lindas… hasta que hablan. Por eso, la mujer debe desprenderse de esa dependencia emocional, sobre todo, de esos apegos que la cultura le marca, como el consumismo, que apunta mucho hacia ella”.
Según el especialista en psicología cognitiva, por donde miremos, la singularidad de la mujer debe consistir en participar en todos los eventos sociales, pero no pertenecer a todos ellos, es decir, no compartir obligatoriamente todos los valores de una cultura que es cuestionable. Además, la mujer debe desarrollar un pensamiento crítico, porque las fake news no están sólo en la política, sino también en muchas otras cosas. Sin embargo, mirando en perspectiva “como psicólogo clínico y filósofo, veo que la mujer defiende más, o al menos, se preocupa más por su singularidad y, en general, tiene una mayor actitud de humildad y sabiduría que el hombre, al no pretender ni interesarle ganar una guerra o las batallas de cualquier tipo sólo por ganarlas. En tal sentido, la singularidad es entender que se tienen principios que no pueden negociarse ni por amor”, explica Walter Riso.