Hace unas semanas fui a hacer un retiro de ayuno terapéutico en Casa Betsaida, en la sierra de Valencia. Me venía genial por salud, tanto física como mental. Tras romper con mi novio de larga duración, no me sentía en las mejores condiciones. Allí encontré un montón de nuevos amigos (sí, incluso tenemos grupo de WhatsApp). Pero mi ‘BFF’ fue Gracia Cerrato, la psicóloga y terapeuta del centro.
Le conté mis penurias amorosas y su respuesta fue: «Deberías constelarte». La mía, chulita siempre, no se hizo esperar: «No me hace falta». Al día siguiente, Cecilia Múzquiz, una amiga, me llamó para encargarme un reportaje, «un tema sobre las constelaciones familiares», apuntó. No daba crédito. ¿Alguna vez os habéis quedado flipadas con una casualidad? Yo, ese día. Cuando le conté el encargo a Gracia, se rio. «Tú no crees en el universo, pero el universo cree en ti», dijo enigmática.
Qué es constelar
Para saber qué son las constelaciones familiares, recurro a uno de los mayores expertos: Joan Garriga, psicólogo y fundador del Instituto Gestalt en Barcelona, pionero en traerlas a España en 1999. Además, es formador en ellas y coach sistémico. Entre sus libros destaca ‘El buen amor en la pareja’ (ed. Destino), un ‘long seller’ con más de 150.000 ejemplares vendidos. En él habla de las constelaciones para deshacer entuertos afectivos.
Te muestra que nadie puede hacerte infeliz ni feliz. Ese es tu poder. Me parece un pensamiento empoderador. De primeras, Garriga me dice que no le interesa hacer entrevistas poco respetuosas. Las constelaciones han sido criticadas como pseudoterapia, de ahí su reticencia. Pero recientes estudios señalan, sin embargo, que pueden ser una técnica efectiva a la hora de mejorar la calidad de vida de gente con problemas familiares.
En concreto, doce departamentos de Psiquiatría y Filosofía de las universidades de Toronto, Hamburgo y Groningen, valoraron esta intervención terapéutica. En nueve de ellas se constató una mejoría significativa en la salud mental y en la resolución de conflictos.
Los vínculos importan
«Las constelaciones familiares son un método terapéutico que representa tus vínculos –quizá lo más importante de tu vida– con una metodología escénica. Por eso resultan tan eficaces para aclarar las dinámicas que existen y reconvertirlas.
Para que sean fuente de buena vida, no de mala. De creatividad y no de inercias», empieza Joan Garriga. A través de roles, que son representados por las personas que asisten a las sesiones (si son grupales) o mediante papeles con sus nombres o muñecos, a los que llaman anclajes, (en las individuales), te facilitan comprender si estás repitiendo patrones de comportamiento y evitarlos si te hacen daño. «Es una terapia transgeneracional.
Cosas que les sucedieron a tus abuelos impactaron en tus padres y tienen efecto también en ti», explica Garriga. Tras escucharle, me queda claro que, para ‘constelar’, toca mirar al pasado y soltar lastre. Él asiente y puntualiza: «Así te quedarás más ligera».