Cuando a la directora Katina Medina Mora Nieto se le implantó la idea de hacer una película esférica que mostrara las diferentes maternidades, la primera certeza que tuvo fue el final: «estoy muy dudosa en mi proceso personal de ser madre y el día que encontré que había una manera distinta de maternar hallé la conclusión de la película». La idea creció, germinó y la cinerrealizadora presentó ayer Latido en la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Agregó: «me pareció importante que Leonor, protagonista de la cinta, no pudiera controlar lo que le estaba pasando cuando le surge la necesidad de ser madre, pero que debía reconocer las señales del destino y del universo diciéndole ‘no te toca, te toca vivirlo desde esta otra manera’. Eso era lo que me estaba sucediendo a mí, fue muy bonito darme cuenta de esto al momento de escribir el guion y jugar con la idea de que el bebé, que parece ser un elemento de unión, comienza a pasar a un segundo plano, porque con Emilia (el otro personaje) lo que tiene en común es el recuerdo de que alguna vez tuvieron una madre”.
Latido se centra en el personaje de Leonor, quien, a sus 45 años, ha intentado todo para quedar embarazada pero su cuerpo parece no responderle; su camino se junta con el de Emilia, una adolescente de 16 años con un talento para bailar ballet, pero cuyo futuro promisorio se trunca el día en que se entera que está embarazada. Las dos harán un trato y compartirán el proceso del embarazo. La cinta está protagonizada por Marina de Tavira, Camila Calónico y Clementina Sánchez, bajo la producción de Inna Payán.
Medina señaló que Leonor y Emilia «reconocen que se tienen la una a la otra para sanar sus heridas por la orfandad materna». Ya teniendo el final, el despliegue de esta idea en la cabeza de la directora germinó porque ella estaba con la idea de hablar del aborto ilegal en México en adolescentes, «por la lucha de los grupos feministas a los que pertenezco en torno a decidir sobre nuestros cuerpos y por la de Marea Verde. Ver los números de los abortos en adolescentes en la clandestinidad que existen en el país fue la primera semilla de Latido».
Luego de tomar su decisión de vida y ante las cifras de aborto en adolescentes, la cinerrealizadora comenzó a recabar de primera mano «testimonios de algunas amigas que vivieron fertilidad in vitro. Me pareció importante la contraposición de que en Latido una mujer desea profundamente lo que la otra rechaza. Hablar de la maternidad desde distintos puntos de vista, ideas tradicionales con las que yo crecí. Entonces, la semilla apareció ahí y el proceso de evolución de la cinta fue también preguntarme qué reflexiones debía dejar, qué era importante anotar y sobre todo acerca de la relación entre estas dos mujeres».
La respuesta de Medina es clara a la pregunta de cómo afecta la paternidad presente y/o ausente para la maternidad: “evidentemente sí hay casos de parejas, muy pocas, que sí han logrado criar a un hije. Siento que como país machista y conservador nos hace mucha falta trabajar en este sentido. Espero que las nuevas generaciones comiencen a cambiar las cosas: en la mía, es complejo; no quiero echar una especie de culpa a los hombres; el enemigo es el patriarcado, no los hombres. El sistema nos educa a los hombres y mujeres; a ellos les ha dicho ‘ustedes son los que salen a trabajar y ellas son las que cuidan a los hijes’. Es complicado cambiar la narrativa, cuestionar las cosas y realmente hacer la cosa más pareja, porque, por lo menos en México, la mayoría de quienes se hacen cargo de los hijes son las mujeres. Hay muchas madres solteras y muchas que abortan solas… por eso en Latido decidí que el padre ni se entera que embarazó a la Emilia».
Respecto del trabajo que emprendió Medina Mora para documentarse y cómo esto direccionó o varió su guion, ella responde: «siento que toda la documentación que hice humanizó más la historia, porque muchas eran historias reales; en otra franja la hizo más específica en ciertas ocasiones. Al final estoy contando esta historia sin ser madre, pero soy hija, y toda esa investigación y testimonios, le dieron más veracidad y realidad a los personajes. De hecho ya la vieron algunas mujeres que me dieron su testimonio; las movió mucho, pero contentas. Me dijeron que Latido sí retrata de forma real y eso era lo más importante para mí».
Antes de concluir, la realizadora menciona: «quiero pensar que hay una reflexión de Emilia y Leonor, en la que nos podamos ver retratadas, ya sea con un personaje o con el otro, y al mismo tiempo se cuestione nuestra propia historia personal sobre el asunto. Y sobre todo a las personas que muy fácil opinan en torno al cuerpo de las mujeres; es importante que se se den cuenta de la experiencia que vive una adolescente al ser obligada a llevar a término un embarazo y lo complejo que es eso… Otro tema es el de la cantidad de abuelas que se vuelven madres por segunda vez sin haberlo pedido; también quería retratar esa maternidad en la que las abuelas están agotadas, En el caso de la cinta lo peor que le pudo pasar es hacerse cargo de un bebé cuando aún no acaba con los hermanos menores de Emilia».
Medina Mora Nieto concluyó que ella no tiene hijos, pero «como dice Inna Payán ‘una película es también un hijo’ y esto es lo llevo pariendo desde hace 15 años».