Titulares

Frente Unido Río Sonora mantiene protesta en Buenavista

Por más de 60 horas, los mineros de la Sección 65 y afectados por el derrame de tóxicos del río Sonora, han mantenido bloqueadas las puertas de acceso de la mina de cobre más grande del país que explota la trasnacional Grupo México, a fin de exigirle al Gobierno Federal que cancele a Germán Larrea su concesión y pague la afectación económica y repare los daños ecológicos provocados por su industria minera. 

La manifestación de unos 300 mineros y familias afectadas ha sido permanente, día y noche se han mantenido en las puertas 1,2,3 y 5 de Buenavista; mientras, un centenar de hombres armados resguardan el yacimiento en Cananea. 

A las 15:00 horas de este domingo, los obreros de la Sección 65 del Sindicato Minero Nacional sostuvieron una asamblea general para determinar las nuevas acciones a tomar, ahí analizarán si continuarán con los bloqueos, y de seguir si recrudecerán las manifestaciones. La convocatoria es en la puerta 10 de la empresa a la altura de la comandancia de policía. 

Hay que recordar que unos 300 integrantes del Frente Unido Río Sonora bloquearon ayer en Cananea cinco puntos de acceso a la mina Buenavista del Cobre –que forma parte de Grupo México, propiedad de Germán Larrea– para exigir al gobierno federal que se cancele la concesión a este yacimiento, se haga la remediación de daños a las víctimas del derrame de tóxicos en los ríos Sonora y Bacanuchi ocurrido en 2014 y se dé una solución a los obreros de la sección 65 que permanecen en huelga desde 2007, tras la violación a su contrato colectivo. 

Desde las 5 de la madrugada, los miembros del frente iniciaron los cierres de caminos para impedir el paso a cerca de seis mil trabajadores, así como a 2 mil 500 empleados directos de la trasnacional y el resto de filiales, lo que detuvo la operatividad de la mina de cobre más grande de México, la cual se observó desolada. Los inconformes se reunieron temprano en el céntrico Mausoleo de Los Mártires de Cananea. 

Ahí, Jesús Verdugo, presidente del comité de huelga de la sección 65, organizó el contingente en dos turnos de 12 horas para cubrir de manera permanente los accesos terrestres, como el libramiento, el crucero, el bulevar de Anza, la comandancia y el área que comunica a las puertas uno, dos y cinco de la empresa. 

No vamos a permitir la entrada de insumos a la compañía, pero no bloquearemos las puertas porque están armados, lo que queremos es que todos los proveedores y trabajadores se queden flotando en nuestro pueblo, nosotros vamos a ser la piedra en el zapato de Larrea, sostuvo Verdugo en la reunión con los manifestantes. 

Agustín Jacinto, coordinador de seguridad de la filial Grupo Simasa, quien viajó desde Michoacán, relató que tenía horas esperando que la movilización concluyera para ingresar a laborar en una de las plantas de zinc que actualmente está en construcción. 

La misma situación vivieron miles de obreros, herreros, ingenieros electricistas, además de colaboradores de las áreas de refrigeración y explotación provenientes de estados como Michoacán, Guerrero y Oaxaca que debieron permanecer a bordo de los camiones que los transportaban a sus zonas de trabajo. 

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