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La energía lunar: ¿cómo afecta a la mujer?

En una sociedad excesivamente conectada a la tecnología digital, a veces es vital (re)sincronizar el cuerpo y la mente con la naturaleza, especialmente con las fases de la luna. 

En términos generales, la atracción gravitatoria de la luna afecta al crecimiento de las plantas, al igual que influye en las mareas y la circulación oceánica, y todo esto a su vez, se manifiesta en el clima. 

De hecho, la fuerza gravitatoria con respecto a la luna es lo que mantiene la inclinación de la Tierra, lo que también determina las estaciones. Pero desde una perspectiva humana, la luna influye en nuestros fluidos, desde la retención de agua hasta las funciones de desintoxicación de nuestro cuerpo, así como nuestros niveles de energía. 

‘Cuando tomamos conciencia de las fases por las que pasa la luna, podemos asumir al máximo los cambios que se producen en nuestro cuerpo y aprovechar estos movimientos energéticos a nuestro favor’, afirma Mayia Alleaume, autora del libro ‘La belleza energética’ (publicado por Larousse). 

Se dice que una persona que cambia de humor con rapidez es ‘lunática’. Y con razón. Nuestras emociones pueden verse influidas, incluso exacerbadas, por el calendario lunar. ‘La luna forma parte del universo inconsciente. Así que está vinculada a nuestra forma de reaccionar, a nuestra intuición’, afirma Léa Baixo, profesora de meditación, astróloga y masajista terapéutica. 

Todas las emociones que hemos guardado para nosotros salen inevitablemente con la Luna Llena, cuando está iluminada por el Sol y, por tanto, permite que las cosas ‘salgan a la luz’. Con la Luna Menguante, preferimos estar en casa, cuidando de nuestro interior, ordenando las cosas, volviendo a la naturaleza, cuidando de nuestras plantas y animales. En cambio, durante la Luna Creciente, sentimos la necesidad de realizarnos en el mundo exterior, de demostrar que estamos vivos, de aportar nuestra vitalidad al mundo, señala Baixo. 

Siguiendo las energías de la luna y comprendiendo su impacto, podemos ‘avanzar hacia el éxito y el autoconocimiento’, asegura la experta. También hay que tener en cuenta el signo del zodiaco en el que se encuentra la luna. ‘En Aries, la gente está más tensa, más agresiva. En Tauro, aporta más estabilidad y calma. En Géminis, saca a relucir la necesidad de comunicarse a toda costa. En Cáncer, dan ganas de estar más presente en casa’. 

‘Reconectar con la Luna también significa redescubrir nuestra verdadera naturaleza’, explica Anne Bianchi, fundadora del estudio Satnam Montmartre de París, terapeuta sexual y profesora de Kundalini Yoga. La energía de la luna es una energía femenina (la energía Yin, sinónimo de reposo y vacío), y, sin embargo, hoy todo el mundo carece de Yin. Estamos constantemente en acción. Sin embargo, es esencial tomarse un descanso. ‘Medita, canta, ayuna’, nos aconseja. 

‘El lunes es el día de la luna. Es el momento ideal para descansar y equilibrar nuestras energías femenina y masculina. También es una fase de interioridad que nuestra vida moderna nos impide respetar’, explica Bianchi quien comenta que siempre ayuna los lunes. 

Según ella, estos ciclos naturales también nos permiten ‘relajarnos en lo relacionado con nuestra sexualidad’. Si bien el deseo sexual es algo que fluctúa, no olvidemos que el ciclo menstrual de la mujer dura unos 28 días y consta de cuatro fases, como el ciclo lunar, así que si están relacionados. 

Cuanto más vacío crees, más podrás resurgir. Lo mismo ocurre con la sexualidad. ‘Tu libido aumenta cuando estás en la fase ascendente. Entonces te sientes con más energía hasta la ovulación (que también puede aumentar tu libido porque es un momento de procreación). Una vez alcanzada la mitad del ciclo, entras en la fase descendente’. 

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