Existen factores hormonales, biológicos, psicológicos y socioculturales que determinan una diferente respuesta al estrés en los hombres y en las mujeres.
No cabe duda de que el estilo de vida moderno occidental impone una grave carga de estrés sobre las personas. Según datos de la cadena COPE de este mismo año, hasta un 15% de la población de España presenta problemas de salud derivados del estrés o la ansiedad. En dicho informe, se destaca, además, que hay una demografía especialmente castigada: las mujeres.
Existe sobrade evidencia de que las mujeres experimentan el estrés de una manera diferente a los hombres, lo que se explica por una compleja combinación de factores biológicos, psicológicos y socioculturales. Precisamente, apunta el portal de noticias sobre salud Healthline, aspectos como las fluctuaciones hormonales, los roles sociales y culturales o ciertas vulnerabilidades biológicas específicas influencian la respuesta al estrés de las mujeres y los síntomas que experimentan.
¿Cuáles son los síntomas del estrés en las mujeres? Hay que aclarar que existe una amplia variabilidad en la sintomatología del estrés de persona a persona, pero sí que existen algunos signos que podemos considerar típicos en las mujeres. Estos pueden categorizarse como síntomas emocionales, cognitivos o físicos e incluyen, respectivamente:
La razón por la que se nos puede pegar la frustración y negatividad de los demás según la ciencia:
Síntomas emocionales: Ansiedad o preocupaciones aumentadas. Sentirse sobrepasadas. Cambios bruscos del ánimo. Irritabilidad o ira. Tristeza o depresión. Disminución del apetito sexual.
Síntomas cognitivos: Pensamientos acelerados. Dificultad para concentrarse. Tendencia al olvido. Dificultad para tomar decisiones. Pensamientos negativos o repetitivos.
Síntomas físicos: Tensión muscular y cefaleas. Fatiga y energía baja. Problemas de sueño. Cambios en el apetito. Problemas digestivos. Debilidad del sistema inmunológico. Aumento de la tensión sanguínea. Irregularidades menstruales. Problemas cutáneos (acné o eczema). Problemas de fertilidad.
¿Por qué la respuesta al estrés es diferente? Como veíamos, la respuesta al estrés, tanto en términos fisiológicos como conductuales, es diferente. Según la Asociación Americana de Psicología, algunas de las claves en esta diferencia están en una mayor percepción del impacto del estrés en la salud (hasta un 88% de las mujeres percibe que el estrés tiene una influencia muy fuerte en la salud de las personas, en comparación con un 78% de los varones), una mayor concienciación sobre la importancia de las estrategias de manejo del estrés (un 68% de las mujeres vs un 52% de los hombres lo considera importante), un mayor reconocimiento de que no se están poniendo en marcha estas estrategias (25% vs 17%), una mayor tendencia a tomar acción para reducir el estrés o para poner en marcha estrategias de manejo del estrés y una mayor confianza en la utilidad de la ayuda profesional. Es importante aclarar que estas estadísticas no incluyen datos de personas transgénero, no binarias o queer.
¿Qué estrategias ayudan a manejar el estrés? Las investigaciones han encontrado varias estrategias para un mejor manejo del estrés que han demostrado al menos un cierto grado de eficacia en muchas mujeres.
Particularmente, se considera beneficiosa la práctica regular de ejercicio físico, la adopción de una dieta saludable, disfrutar de un descanso de calidad, la puesta en práctica de técnicas de mindfulness o relajación, disfrutar de apoyo social, disfrutar habitualmente de hobbies e intereses y las estrategias para fomentar la gratitud.
Con todo, no se debe olvidar que en muchos casos ciertos estresores en el ambiente (como algunos que afectan al entorno laboral) no pueden eliminarse fácilmente, y que el estrés tiene una dimensión física importante que perjudica la salud. Por ello, ante casos persistentes o severos siempre es recomendable acudir a un profesional.