El holandés Max Verstappen (Red Bull), que el sábado se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1 por tercera vez consecutiva, ganó el Gran Premio de Qatar en una carrera nocturna disputada en el circuito de Lusail.
Verstappen, un león insaciable en el deporte motor, no tuvo rival desde la parrilla de salida. Firmó su victoria 14 en 17 pruebas este curso y aventajó a los McLaren del australiano Oscar Piastri y del británico Lando Norris, segundo y tercero en el podio.
Con más penalizaciones, mucho calor y unos neumáticos que sufrieron de la misma manera que su vehículo, el mexicano Sergio Pérez finalizó en la décima posición y ahora su meta será reducir los daños en la recta final de la temporada.
Los Mercedes de los británicos George Russell y Lewis Hamilton, que salieron de la segunda y de la tercera posición, chocaron, lo que provocó el abandono del segundo y la salida del coche de seguridad.
Cuando Hamilton, siete veces campeón mundial, intentó adelantar por el exterior, Russell se vio bloqueado entre su compañero y Verstappen. Las dos Flechas de Plata hicieron un trompo.
Hamilton se mostró molesto en la radio. Cuando su ingeniero le preguntó si estaba bien, únicamente respondió: “Me vi obligado a salir por mi propio compañero”.
Este abandono es un golpe duro para Hamilton, que pelea por la segunda plaza del Mundial con Checo Pérez y que tenía una buena ocasión para reducir la diferencia ante los problemas que arrastra el coche del mexicano.