El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informó que vehículos aéreos no tripulados atacaron la madrugada de este miércoles instalaciones rusas cerca de la ciudad de Belgorod, destruyendo otro de sus sistemas de defensa aérea S-400 Triumph, valorado en mil 200 millones de dólares.
Se trata del segundo S-400 Triumph golpeado por las fuerzas ucranianas en apenas dos veinte días. El primero de ellos fue alcanzado el 14 de septiembre en la ciudad de Eupatoria, en la península de Crimea.
Después de estos ‘aplausos triunfantes’, el SBU aconseja a los rusos que piensen en un nuevo nombre para este complejo», ironizó la fuente que confirmó los ataques, en referencia al nombre de este modelo de defensa aérea.
Se trata de uno de los más sofisticados y costosos del mercado, cuyos cuatro misiles son capaces de neutralizar objetivos situados a 400 kilómetros de distancia y a cualquier latitud inferior a 30 kilómetros.
Como parte de su contraofensiva, Ucrania ha realizado las últimas semanas una serie de ataques a posiciones estratégicas de Rusia.
La Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania afirmó que un grupo de élite de las Fuerzas Armadas ha desembarcado en costas de la península de Crimea y golpeó las posiciones rusas, causando bajas entre sus filas, una operación que recuerda a una similar a finales de agosto.
¡Las fuerzas especiales ‘Stugna’ y ‘Brotherhood’ como parte de la unidad especial Timur de la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania desembarcaron en el territorio de la península de Crimea e infligieron daños a los invasores de Moscú!», ha asegurado Kiev en un breve mensaje en Telegram.
Los servicios de Inteligencia ucranianos compartieron dicho un vídeo en el que se puede ver una operación nocturna en la que varias embarcaciones llegan hasta las costas de Crimea y disparan contra las posiciones rusas. «¡Crimea será ucraniana! ¡Gloria a Ucrania!», cierra el mensaje.
Este episodio tuvo un precedente similar el pasado 24 de agosto, cuando estas mismas tropas especiales desembarcaron en Crimea, ocupada desde 2014 por autoridades afines al Kremlin, llegando incluso a exhibir una bandera ucraniana.