Sebastián Silva conoce a Jordan Firstman, un influencer, en una playa mexicana. Tras una relación entre ambos, el cineasta interpretándose a sí mismo acepta participar en un proyecto de su nueva conquista.
Ambos acuerdan encontrarse en la Ciudad de México, no obstante, Silva desaparece y Firstman inicia una delirante búsqueda de pronóstico reservado y que sostiene Rotting in the Sun, la nueva película del chileno Sebastián Silva.
Disponible en Mubi y algunas salas nacionales, la película plantea a través de la comedia, una reflexión que atraviesa temas como el ego, la evasión y el hedonismo.
¿Cómo nació la película y qué te llevo a ser tú mismo el protagonista?, se le preguntó. “Me mudé a México desde Nueva York. Caí en la Plaza Río de Janeiro y viví en el edificio que aparece en la película. Mi amigo Mateo me rentó ese taller, tenía unos vecinos y un perro, todo era tan pintoresco y fascinante que decidí escribir una película desde mi realidad en la Ciudad de México.
“La Ciudad de México está muy presente con todo y sus contrastes.Me interesaba acentuar los contrastes: el exceso de gringos, sexo o droga. Es una película que habla de la saturación, la autodestrucción y de un conjunto de vidas alienadas”.
Aunque también hay una necesidad de desaparecer en el caso de tu personaje, incluso pese al ego.
“La evasión es un tema importante en la película, como también es la adicción al teléfono o al sexo, como formas de escape, de ahí viene también la idea del suicidio. Es una película que constantemente repite el tema de la evasión del presente y la vida misma. Es una comedia negra que cuestiona el vivir”.
Anteriormente ya habías trabajado la comedia, ¿qué encuentras en este género?
“Es mi tercera comedia oscura. Creo que es el único formato serio para criticar, en general la crítica social o política cuando no viene acompañada de humor suena tonta. La seriedad pura es sospechosa, todo tiene un lado risible”.
Aunque también puede pasar que la risa simple se quede en la superficie nada más.
“El sentido del humor es muy particular en cada persona, como también lo es la sexualidad. Siempre he sido muy duro y crítico conmigo mismo, procuro reírme de todo. Supongo que mi sarcasmo viene de una rebeldía y de una búsqueda por los límites. Ahora solo me río con amigos, con el comportamiento humano o con memes. La comedia en la televisión o el cine no me producen risa”.
No te producen risa, sin embargo, escribes comedia, ¿no es paradójico?
“Sí, la gente más privilegiada dentro de los que me asumo porque nunca he peleado por sobrevivir y tengo una existencia bastante cómoda, también ha sufrido tormento y sí, eso me parece paradójico porque es inevitable comparar el dolor ajeno con el propio. De alguna manera, con la película intento burlarme de esa condición de las personas privilegiadas”.
La película deja ver que eres buen lector de Cioran…
“Sí, me llegó muy joven. Siempre me ha interesado la filosofía y alguien me enseñó a Cioran cuando tenía como veinte años. Creo que es un pensador que simpatiza mucho a los jóvenes por su humor y su misantropía exagerada. Además, de que en ocasiones sus aforismos me han aliviado”.
La película recoge mucho de su libro El inconveniente de haber nacido.
“Sí, creo que tiene mucho de su humor y una misantropía absurda. Cioran hablaba del suicidio, pero la realidad es que murió de muy viejo y por cáncer en el pulmón en París, en el fondo creo que era un cínico, al final me halaga que mi película tenga algo de eso”.
