Titulares

Exponen ‘El Cristo de San Juan de la Cruz’, de Dalí

La emblemática obra El Cristo de San Juan de la Cruz (1951) del pintor español Salvador Dalí se podrá admirar en ocasión única por primera vez desde 1952 como parte de la exposición ‘Dalí. El Cristo de Portlligat’, en la ciudad de donde es natural el artista, Figueres, ubicada en el noreste de España, informó la Fundación Gala-Salvador Dalí​​​. 

«El Cristo se expondrá en el Teatro-Museo Dalí de Figueres, del 25 de octubre de 2023 a partir de las 13.00 hasta el 30 de abril de 2024. Es una ocasión única puesto que la obra no se veía en nuestro país desde 1952, cuando se expuso en Madrid y en Barcelona», indica el comunicado. 

La muestra quiere desvelar retos conceptuales y técnicos que se planteó el artista «mediante un icono religioso y clásico», como la búsqueda de respuestas a los interrogantes universales que son «el sentido de la existencia, del sacrificio, o el más allá». 

Además, la exposición pretende «resolver técnicamente una pintura que retrate su momento vital». 

«La obra El Cristo es un buen ejemplo del pensamiento y del momento vital que Salvador Dalí experimenta a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta», destacó la fundación. 

En esta destacada pintura se produce «la armonía entre opuestos: su pasado –que define como ‘revolucionario y sacrílego– y su presente místico». 

«Dalí, a diferencia de (Diego) Velázquez o (Francisco de) Zurbarán, propone unos elementos del sacrificio sutiles. No hay sangre ni corona de espinas. No hay sufrimiento explícito, pero sí una fuerte carga dramática. Un Cristo a quien no vemos el rostro levita sobre un fondo oscuro que desprende una gran sensación de soledad», subraya la nota. 

La obra puede «sugerir un paralelismo entre el sacrificio de Cristo por la humanidad y el suyo propio para salvar la pintura moderna del caos», destacó la organización. 

«El Cristo de Dalí se sitúa sobre las aguas calmadas de la bahía de Portlligat, donde despuntan los primeros rayos del amanecer. Sin el paisaje del noroeste de la península Ibérica, a veces amable, a menudo salvaje, la obra daliniana no alcanzaría todo su significado», especifica el texto. 

La casa de la localidad costera de Portlligat, donde residieron Dalí y su musa Gala, fue reformada para convertirla del «conjunto de barracas de pescadores» que fue, al lugar idóneo donde el artista pudiera dedicarse a lo que más amaba, pintar. 

Para ello, Dalí la amplió buscando siempre la mejor luz, la orientación ideal para que «el paisaje penetre a través de las ventanas y quede plasmado en telas como la del Cristo y muchas otras pinturas ejecutadas entre el año 1930 y el 1982».

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