El club de futbol español Barcelona está siendo imputado formalmente por un presunto cohecho en el marco de unas pesquisas que abarcan dos décadas de actividades en el comité de arbitraje del país, según un documento judicial al que tuvo acceso Reuters este jueves.
La Guardia Civil también registró las oficinas del Comité Técnico de Árbitros (CTA) en sede de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) en Madrid este jueves, dijo el juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, como parte de la investigación en curso sobre «posible corrupción sistémica» dentro del arbitraje español.
El futbol español y la RFEF en particular atraviesan un momento crítico tras las acusaciones de agresión sexual que pesan sobre el ex jefe de la RFEF Luis Rubiales.
El 20 de agosto Rubiales besó en la boca a Jenni Hermoso, ganadora de la Copa Mundial, desatando un escándalo que eclipsó en gran medida tanto el triunfo del equipo femenino en Sidney como el escándalo arbitral. Desde entonces, Rubiales dimitió.
La investigación sobre el arbitraje se ha ampliado ahora para incluir al Barcelona como sospechoso. El juez instructor Joaquín Aguirre López dijo a principios de septiembre que el Barcelona podría haberse beneficiado de una supuesta «corrupción sistémica».
En marzo, los fiscales presentaron una denuncia por presuntos pagos de más de 7.3 millones de euros (7.8 millones de dólares) durante 17 años a empresas propiedad de José María Enríquez Negreira, quien de 1993 a 2018 fue vicepresidente del CTA, perteneciente a la Real Federación Española de Futbol.
Una fuente del Barcelona dijo a Reuters que el club no emitirá un comunicado oficial, añadiendo que sus abogados penalistas ya habían contemplado la hipótesis y que se han estado preparando para ello desde el inicio, trabajando en todos los aspectos relacionados con el caso.
El Barcelona, campeón de LaLiga española, ha negado cualquier irregularidad, diciendo en un comunicado en febrero que había pagado a un consultor externo que le proporcionó «informes técnicos relacionados con el arbitraje profesional», lo que dijo que era una práctica común entre los clubes de futbol profesional.
El Real Madrid, rival por antonomasia del Barça, se presentó como acusación particular, considerándose parte perjudicada.
Según el juez Aguirre, Negreira era el encargado de clasificar y evaluar a los árbitros. Sin embargo, hasta ahora no se han encontrado pruebas de que Negreira pagara a los árbitros para influir en los resultados de los partidos, dijo Aguirre a principios de septiembre.