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Armenios de Nagorno Karabaj aceptan rendición

Las autoridades armenias en el Alto-Karabaj han anunciado un acuerdo con Azerbaiyán para retirar las fuerzas de la zona disputada con Bakú. El pacto ha tenido lugar un día después de la acción militar del Gobierno azerbaiyano, que calificó como una «operación terrorista» después de semanas de advertencias por una posible escalada.  

Las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán iniciaron este martes una serie de bombardeos de artillería y drones en el disputado Nagorno-Karabaj, que supuso el estallido más importante en la región desde el alto al fuego de 2020. Las autoridades armenias denunciaron la muerte de 25 personas y más de 100 heridos por los bombardeos de Azerbaiyán y en redes sociales se publicaron varios vídeos de edificios de viviendas que fueron víctimas de los ataques de artillería. Horas después de los ataques, las autoridades de Bakú afirmaron que no se retirarían de la zona y no darían por finalizada la operación hasta que las fuerzas armenias de Nagorno-Kareabaj se rindieran. 

Finalmente, este ha sido el destino de los habitantes de la zona montañosa. Según los primeros detalles del acuerdo, el Gobierno armenio en Nagorno-Karabaj debe retirar todas las unidades restantes de la fuerza de paz rusa, que suponen cerca de 2.000 unidades del Kremlin que llegaron a la zona dentro una misión de mantenimiento de la paz. Además, se ha obliga a la autoproclamada República de Artsaj —como los armenios llaman a Nagorno Karabaj— a la disolución y el desarme de las formaciones armadas.  

Por último, «los derechos armenios se discutirán en una reunión entre representantes de la población armenia local y representantes de las autoridades centrales de la República de Azerbaiyán», que tendrá lugar este jueves. «Teniendo en cuenta el llamamiento de los representantes de los residentes armenios de Karabaj, que se recibió a través del contingente de mantenimiento de la paz ruso, se llegó a un acuerdo para suspender las medidas antiterroristas», señaló el Ministerio azerbaiyano de Defensa. Por su parte, las autoridad de la República de Artsaj anunciaron que la poca reacción de los actores internacionales han sido el motivo por el cual se han visto forzados a garantizar la seguridad de la población en la zona. 

La tensión aumentó a primera hora del martes, cuando dos civiles y cuatro militares azerbaiyanos murieron por el impacto de minas terrestres en los vehículos en los que viajaban. Este tipo de accidentes no son insólitos en el Alto-Karabaj, que fue altamente minado durante el conflicto a principios de los años noventa. Desde entonces, cientos de civiles precedentes de Azerbaiyán han resultado heridos o han muerto por las minas terrestres. 

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